Italia en barco averiado navega hacia la vorágine de Ucrania
Roma, 2 nov.- En su primer discurso ante el Parlamento la primera ministra, Giorgia Meloni, alertó que Italia está “en medio de una tormenta y nuestro barco sufrió varios daños”, pero decidió enfilar al voraginoso conflicto de Ucrania pese a una fuerte oposición.
Meloni, líder del partido ultranacionalista Hermanos de Italia (FDI), asumió el 22 de octubre como presidenta del Consejo de Ministros, al frente de una coalición gubernamental conservadora que incluye a importantes políticos, quienes cuestionaron el envío de armas a Kiev.
Sus dos principales aliados, Matteo Salvini, líder de La Liga y Silvio Berlusconi, presidente de Forza Italia, manifestaron posiciones contrarias a la política de enfrentamiento contra Rusia y al suministro bélico a Ucrania, por considerar que afecta los intereses del país.
El 18 de octubre Berlusconi, tres veces jefe de Gobierno, comentó en una conversación privada que trascendió en los medios sobre sus buenas relaciones con el mandatario ruso, Vladimir Putin, e incluso señaló que “fui declarado por él como el primero de sus cinco verdaderos amigos”.
“Los ministros rusos ya dijeron en varias ocasiones que estamos en guerra con ellos, porque proporcionamos armas y financiamiento a Ucrania. Personalmente no puedo dar mi opinión porque si se dice a la prensa será un desastre, pero estoy muy preocupado”, afirmó Berlusconi.
Por su parte a comienzos de septiembre, a pocos días de las elecciones generales efectuadas el 25 de ese mes, Salvini manifestó en relación con este tema que “los italianos están perdiendo y los rusos ganando” y “evidentemente en Bruselas, alguien ha cometido un error con las cuentas”.
“Estamos ante el único caso en el mundo en el que las sanciones para detener una guerra, para poner de rodillas a un régimen, para bloquear los ataques, no perjudican a los sancionados, sino a los que sancionan”, expresó el líder de La Liga.
“Debemos seguir apoyando, defendiendo y ayudando al pueblo ucraniano, pero las sanciones no están perjudicando a Rusia, que está ganando cientos de billones más. Están perjudicando a nuestros negocios y a nuestras familias”, añadió.
Desde las filas de la oposición el Movimiento 5 Estrellas mantiene también esa postura y su máximo exponente, el ex primer ministro Giuseppe Conte, ya anunció que encabezará una gran manifestación el 5 de noviembre contra la política actual hacia Ucrania y los envíos de armas.
APOYO A KIEV, A PESAR DE CUESTIONAMIENOS
Tanto durante la campaña electoral como luego de asumir el poder en su primera intervención ante los diputados, Meloni recalcó el apoyo a Kiev y la disposición de mantener el suministro bélico a ese país.
Al exponer su plan de gobierno en busca del voto de confianza de los parlamentarios, reafirmó el compromiso con la línea de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en contra de Rusia, que consideró “la mejor manera de proteger los intereses nacionales”.
Entre sus primeras acciones luego de recibir el cargo de manos del primer ministro saliente, Mario Draghi, el 23 de octubre sostuvo con el presidente francés Enmanuel Macron un contacto informal “cordial y fructífero”, según una nota oficial.
En el mismo ambos líderes, además de tratar sobre la crisis energética, problemas migratorios y el fortalecimiento de la cooperación bilateral, ratificaron el apoyo a al gobierno ucraniano.
Igual contenido tuvo el encuentro un día después entre el nuevo ministro italiano de Asuntos Exteriores, Antonio Tajani y su homóloga gala Catherine Colonna, en el que reafirmaron el apoyo de sus respectivos gobiernos a Kiev y el propósito de incrementar las presiones contra Rusia.
Horas más tarde el canciller italiano sostuvo una conversación telefónica con el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, al cual sostuvo “el deseo de profundizar aún más las excelentes relaciones bilaterales y continuar en el compromiso común de enfrentar los desafíos globales”, según un comunicado oficial.
Tajani enfatizó sobre “la prioridad absoluta que Italia otorga a las relaciones con los Estados Unidos”, y ambos coincidieron en la necesidad de mantener “una actitud de máxima firmeza hacia la Federación Rusa”.
El mismo día de su discurso ante los parlamentarios, 25 de octubre, la jefa de Gobierno se comunicó por teléfono con el mandatario estadounidense, Joe Biden, según se informó en la página oficial de la presidencia del Consejo de Ministros.
Meloni destacó en ese diálogo la importancia que confiere su gobierno a la OTAN, “especialmente a la luz de los desafíos históricos que enfrentan las democracias occidentales, como la guerra en Ucrania y la crisis energética y alimentaria”.
En una entrevista publicada en esa propia jornada por el diario italiano Corriere della Sera, el presidente de Ucrania, Vladimir Zelensky señaló que la nueva primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, le “aseguró su total apoyo” en el conflicto con Rusia.
Expresó que tras una reciente conversación telefónica con Meloni, apreció que “está metida de lleno en la discusión en Bruselas para enviarnos un paquete de nuevas ayudas militares”, y existe una “excelente relación en continuidad” del respaldo recibido de Draghi.
En consonancia con su actual política en relación con el conflicto entre Ucrania y Rusia, el 26 de octubre Italia excluyó a ese último país de una reunión en Roma del Grupo Operativo de Expertos contra la Proliferación Nuclear.
La vocera de la cancillería rusa, María Zajárova, manifestó que se trataba de “una provocación” contra Moscú y calificó el hecho de “hostil”.
El 27 de octubre la primera ministra de Italia dijo por teléfono a Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN, que su gobierno considera fundamental el papel que juega ese bloque bélico y le reiteró el pleno apoyo de su país a Ucrania.
Al día siguiente Meloni sostuvo otro contacto telefónico, esta vez con el canciller federal germano, Olaf Scholz, en el que los mandatarios reafirmaron el compromiso de sus gobiernos de apoyar a Kiev en su conflicto con Rusia, “en los frentes político, militar, económico y humanitario”.
Pocas horas después se comunicó por esa vía con el presidente ucraniano, Vladimir Zelensky, a quien reiteró el apoyo de su país en el conflicto entre esa nación y Moscú, para poner fin a dicho enfrentamiento bélico, “con todos los esfuerzos diplomáticos útiles”.
El sexto envío de armas por parte de Italia a Kiev ya se encuentra listo, refieren fuentes del Ministerio de Defensa, y ahora debe ser autorizado por el nuevo gobierno de ultraderecha, según indicó el 30 de octubre el diario La Repubblica.
El decreto interministerial para dar luz verde a esa ayuda bélica debe llevar la firma del ministro de Economía, Giancarlo Giorgetti, del canciller Tajani y del titular de Defensa, Guido Crosetto, representantes de los tres grandes partidos de la alianza ultraderechista.
En FI y La Liga, según analistas, mantienen internamente el cuestionamiento a esos envíos, aún cuando oficialmente actúan en bloque común apoyando la línea oficial del Gobierno.
Afirmó Meloni en la Cámara de Diputados que “los italianos nos han encomendado la tarea de llevar a puerto el barco”, pero contra el criterio de otros oficiales de su propia tripulación, enfila proa hacia el tormentoso centro del conflicto en Ucrania, en una travesía peligrosa y con el buque averiado. (Texto y foto: PL)