Gana caracol Polymita Picta de Cuba concurso de Molusco del año

Berlín, 19 mar.- El caracol Polymita Picta de Cuba recibió el galardón de Molusco del año 2022 en el concurso promovido por el Centro Loewe para la Genómica Traslacional de la Biodiversidad de Alemania.

Según el sitio web de la entidad germana, el espécimen pintado cubano recibió la mayor cantidad de votos en el sorteo público internacional (10 mil 92 de 16 mil 388) y se impuso así a otros cuatro finalistas.

Como “recompensa” por vencer, ahora se secuenciará todo su genoma a través del Centro LOEWE TBG, reveló el texto.

“Nos complace que el caracol pintado cubano haya sido seleccionado. Su genoma podrá proporcionarnos información importante sobre la base genética de las variaciones de color de su caparazón”, aseguró la miembro del jurado, doctora Carola Greve, directora de laboratorio en el Centro LOEWE TBG.

Hasta ahora solo hay unas pocas especies de moluscos cuyo genoma se ha secuenciado por completo, y esto a pesar de que forman el segundo filo animal más grande después de los artrópodos, dijo Greve.

El Polymita Picta lo presentó el Doctor Bernardo Reyes Tur, investigador del Departamento de Biología y Geografía de la Universidad de Oriente en Santiago de Cuba.

Los finalistas al título “Molusco del año 2022” fueron tres especies de caracoles, una de mejillón y una concha colmillo o escafópodo.

Un comité de investigadores de las instituciones organizadoras seleccionó los cinco mejores de entre 50 nominaciones para la competencia del presente año.

El caracol pintado cubano tiene de dos a tres centímetros y es conocido por las coloridas variaciones de su caparazón y su enigmática «flecha de amor»: una flecha de tiza que se usa para “apuñalar” a las parejas de apareamiento para transferir hormonas sexuales.

Los caracoles son macho y hembra a la vez, sin poder fertilizarse, y se reproducen durante la época de lluvias.

De acuerdo con los expertos, estas especies viven entre uno y dos años y solo se encuentra a lo largo de una estrecha franja costera en el oriente de la nación antillana, alimentándose de musgo y líquenes en la corteza de los árboles, con lo cual ayuda a mantener los árboles saludables y, por lo tanto, apoya la agricultura local.

Actualmente se considera en peligro de extinción debido a la pérdida de hábitat y la caza furtiva.

Este concurso fue iniciado por Senckenberg Nature Research Society, LOEWE Center for Translational Biodiversity Genomics y la sociedad mundial para la investigación de moluscos (Unitas Malacologica), y atrajo gran interés en su primera ronda en 2021.

(Prensa Latina)