Hasta siempre Comandante

[:es]Fidel y el Che, dos imprescindibles[:]

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La historia de Cuba destaca hombres que hicieron posible un país totalmente libre. Fidel Castro Ruz y Ernesto “Che” Guevara figuran entre los hombres más relevantes.

Fidel, cubano, el Che, de origen argentino, se conocieron al iniciar el movimiento social contra la dictadura de Fulgencio Batista y juntos se resguardaron en la emblemática Sierra Maestra. Desde allí, llevaron a cabo importantes acciones que dieron lugar al triunfo de la Revolución cubana el 1ro de enero de 1959.

Entre 1965 y 1967 el Che decide seguir su propuesta ideológica en otros países como el Congo y Bolivia, en este último fue capturado y ejecutado de manera clandestina y sumaria el 9 de octubre del 1967.

Por convertirse Bolivia en el ciclo último de su lucha revolucionaria, el diario escrito durante la contienda guerrillera desarrollada en ese país representa una especie de testamento histórico en el que se expresa la epopeya inconclusa de un pequeño grupo de hombres encabezado por el Che, además de reflejar el tesón y la voluntad de entregar para la posteridad, aun sin proponérselo, páginas que forman parte de la gran gesta libertaria de la América Nuestra.

La edición fue revisada y cotejada por Aleida March e incluye la introducción original redactada por Fidel Castro cuando el Diario fuera publicado en 1968 por primera vez.

Al publicar este documento, el comandante Fidel Castro alude al guerrillero argentino  en el prólogo del libro con estas palabras:

“El Che encarna en su forma más pura y desinteresada el espíritu internacionalista que caracteriza al mundo de hoy y cada vez al de mañana”.

Apuntó Fidel en su prólogo una descripción exquisita del contenido del Diario de Che en la rutina de la guerrilla y los obstáculos vencidos en medio de duras circunstancias, teniendo en cuenta los terrenos difíciles y las condiciones en que los atravesaban.

Destacó la importancia de las anotaciones, que sin dudas no tenían fines literarios y “le servían como instrumento de trabajo para la evaluación constante de los hechos, las situaciones y los hombres, a la vez que daban cauce a las expresiones, de su espíritu profundamente observador, analítico, y muchas veces matizado de fino humorismo. Están sobriamente redactadas y poseen ininterrumpida coherencia desde el principio hasta el fin.”

Resaltó Fidel Castro, en su prólogo, que ese diario tiene en cuenta cada detalle desde hechos, hasta críticas y faltas en las filas de la guerrilla.

Así mismo pone de manifiesto las razones por las cuales el testimonio del guerrillero heroico no debía ser publicado. El Che revela en sus apuntes el verdadero rostro del imperialismo, además  “su ejemplo extraordinario cobra fuerza cada vez mayor en el mundo. Sus ideas, su retrato, su nombre, son banderas de lucha contra las injusticias entre los oprimidos y los explotados y suscitan interés apasionado entre los estudiantes y los intelectuales de todo el mundo…Los imperialistas yanquis temen la fuerza de ese ejemplo y todo lo que pueda contribuir a divulgarlo”.

Al resaltar la necesidad de un mando militar y político de la guerrilla, dirigida desde la propia guerrilla y no desde oficinas con todas las comodidades dice Fidel en su preámbulo  “Che fue hombre al que nunca le interesaron personalmente cargos, mandos ni honores”.

El prólogo que redactó el líder cubano desprende de sus líneas una sentida pérdida física que se opaca ante la estremecedora descripción de un gigante.

“Las horas finales de su existencia en poder de sus despreciables enemigos tienen que haber sido muy amargas para él; pero ningún hombre mejor preparado que el Che para enfrentarse a semejante prueba.”

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