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Establecen parangón entre política de EEUU contra Cuba y El Salvador

San Salvador, 19 abr .- Los mecanismos de presión de Estados Unidos hacia el Gobierno del presidente salvadoreño, Nayib Bukele, guardan un asombroso parecido con la represalia contra Cuba, entre otras naciones, señaló un experto local.
La represalia internacional de Washington contra aquellos países, dirigentes y movimientos políticos que se atreven a pensar con criterios propios y a cuestionar sus argumentos es destacada en un comentario que publica El Diario El Salvador “El precio de la independencia y la dignidad (II)”, suscrita por el doctor en filosofía y máster en Ciencias Políticas, David Hernández.

Al igual que en El Salvador en los últimos años, cuando se condenó por parte de Estados Unidos y de su malévola lista Engel a numerosos funcionarios del actual Gobierno, la Casa Blanca recurrió en el caso de Cuba, subrayó, a demonizarla hasta incluirla en un absurdo «eje del mal», culpándola de todos los males habidos y por haber de este mundo.

Como lo afirmó al «The New York Times» el profesor de la American University Leo Grande: «Cuba fue agregada por primera vez a la lista de patrocinadores del terrorismo internacional en 1982 por el presidente Ronald Reagan para castigar a La Habana por apoyar a los movimientos revolucionarios centroamericanos”, citó el diario.

Ahora que hay tímidos acercamientos de la administración de Biden a La Habana, uno de los objetivos prioritarios para desenredar el desencuentro de décadas de agresión estadounidense contra Cuba debe ser el fin del bloqueo criminal e inhumano que sufre la isla desde hace más de seis décadas y eliminarla del absurdo listado de países propiciadores del terrorismo, subrayó Hernández.

Ello –valoró- indudablemente abriría la puerta a relaciones económicas, culturales y deportivas de inmenso provecho para ambos países.

Recientemente, agregó el también escritor salvadoreño, estuve en Miami y pude comprobar que las nuevas generaciones de cubanoamericanos ya superaron los criterios de la Guerra Fría y el odio anticomunista a Cuba.

Por el contrario, es una isla, un país, que también forma parte de su identitario nacional, ya sea porque muchos de ellos, o sus padres o abuelos, nacieron en Cuba, afirmó.

Un país trabajador que lucha por su supervivencia en estos tiempos difíciles pospandemia, en medio de la escasez de productos, accesorios y combustible que produce la conflagración planetaria en Europa Oriental, no tiene ninguna justificación de seguir incluido en la infame lista de países patrocinadores del terrorismo, sostuvo.

Basta ya a ese criminal bloqueo imperialista, remarcó el opinador salvadoreño en el segundo de una serie de trabajos que abordan la realidad que enfrenta hoy Cuba.

(Tomado de Prensa Latina)