[:es]Educadora santacruceña cumple humanitario deber[:]
[:es]Santa Cruz del Sur, 10 jun.- Las bondades ajenas, las que son de corazón, poseen la flor de la fuerza en cada deber. Angelina Muñiz Hernández, a pesar de su juventud, sabe lo que significa entregarse a los compromisos.
“Soy maestra; tengo un hijo pequeño. Amo mi profesión”. Pero el descendiente de a penas un año es su alegría superior.
La educadora de sexto grado, hace dos cursos se desempeña en ese mismo nivel. “Hay colegas que prefieren trabajar con escolares del primer ciclo (de primero a cuarto grados) de la enseñanza primaria. Yo me he adaptado, acotó después, a los alumnos de ese grado terminal y ellos a mí”.
“Se creen mayores porque comienzan la secundaria básica el próximo curso, sin embargo sé guiarlos en el aula, a fin de que sigan progresando en la escuela y el hogar. En este último sitio la familia desempeña también una elemental tarea”.
Esta santacruceña apoya el proceso docente educativo en el plantel Frank País. Al reportero le confesó risueña en el ámbito hogareño, otro compromiso contraído. “Soy donante voluntaria de sangre”.
Comentó que la enfermera del consultorio del médico de la familia dio una charla en el barrio donde ella vive. “La seño habló del valor de ese gesto humanitario. Como yo, de igual manera, varias muchachas y muchachos que integran los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) y la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) dimos el paso al frente. La juventud cubana garantiza el presente y respalda el futuro en cualquier quehacer”.[:]