Al sur

Cumplir las restricciones de movilidad, medida esencial para enfrentar al nuevo coronavirus

Agosto 2021.- Para algunos existe la creencia que la cuarentena y las restricciones de movilidad establecidas en el municipio santacruceño son medidas exageradas y, para otros el virus del SARS-CoV-2 no representa un peligro máximo en sus vidas.

 

Sin embargo, el aislamiento es parte de las medidas de prevención más importantes de la propagación del nuevo coronavirus y la expansión de sus nuevas variantes.

 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) explicó que es posible contagiarse aun si no se presentan síntomas perceptibles, debido a que muchos portadores pueden ser asintomáticos.

 

Es por esto la importancia de las medidas de prevención como el distanciamiento social, evitar reunirnos en espacios públicos, guardar distancia con otros, y pasar el mayor tiempo posible en casa.

 

Se ha confirmado que un distanciamiento social exhaustivo hace que más personas permanezcan sanas.

 

Esta medida es sumamente efectiva para prevenir la transmisión de este tipo de virus y se debería practicar siempre.

 

Con un mayor distanciamiento más contribuimos a que sus efectos sean menos problemáticos en la localidad.

 

El cierre de escuelas, la cancelación de eventos masivos y limitar actividades no esenciales en los sectores públicos y privados, ya son normas universales en los países en los que la epidemia se encuentra más avanzada; sin embargo, todo esto debe verse apoyado por el esfuerzo individual de cada uno.

 

No asistir a lugares donde no se pueda mantener una distancia de al menos un metro con el resto de las personas, no realizar viajes innecesarios y evitar toda actividad social que no sea de naturaleza esencial.

 

El distanciamiento social no busca eliminar a la enfermedad, pues la extensión actual de la epidemia ya ha imposibilitado esa acción. El fin de esta medida es provocar que la tasa de contagios no se acelere fuera del control de los sistemas de Salud y de las autoridades sanitarias.

 

Fue un comentario de Sadya Muslay Hernández