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Cuba y su accionar contra producciones dañinas al medio ambiente

La Habana, 23 ago.- Cuba es signataria del Convenio de Viena para la Protección de la Capa de Ozono (1985) y del Protocolo de Montreal (1987), relacionados con el control y paulatina eliminación de la producción y el consumo de productos químicos industriales, dañinos al medio ambiente.

Por esa razón y su enraizada vocación ambientalista está comprometida con la protección de la Capa de Ozono, ratificó su compromiso en 1992 con acciones para la protección de la estratosfera, y más recientemente brindó su apoyo incondicional a la Enmienda de Kigali.

Esta ciudad es a capital de Ruanda, una nación de África Oriental con un paisaje verde montañoso, donde la enmienda entró vigor el 1 de enero de 2019 y en el cual depositó el instrumento de ratificación, al eliminar gradualmente los hidrofluorocarbonos (HFC), potentes gases que calientan el clima.

Las gestiones de ese tipo están a cargo de la Oficina Técnica de Ozono (OTOZ), del Centro de Gestión de la Información y Desarrollo de la Energía (CUBAENERGIA) entidad adscrita a la Agencia de Energía Nuclear y Tecnologías de Avanzada (AENTA) del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITIMA).

Especialistas de la institución confirmaron que el Fondo Multilateral del Protocolo de Montreal apoya con financiamiento a países en desarrollo con el objetivo de eliminar de manera gradual los hidroclorofluorocarbonos (HCFC) en cumplimiento de su cronograma de eliminación de Sustancias Agotadoras de la Capa de Ozono (SAO), previsto hasta 2030.

Señalaron en ese sentido que adoptan nuevas alternativas e implementan acciones en el sector de la Refrigeración y Climatización (RAC) que no agoten la capa de ozono, ni contribuyan al calentamiento global y que sean más eficientes energéticamente.

El gas Refrigerante R-22, es un tipo de HCFC dañino a la capa de ozono y durante años su sustituto ha sido los HFC, que aunque no afectan la capa de ozono, son de alto potencial de calentamiento global, por lo que su reducción da un vuelco a los sustitutos de los HCFC, actualmente utilizados.

A fin de eliminar las SAO, se aprueba el proyecto en Cuba denominado Plan Nacional de Eliminación de los HCFC en el sector de servicios, cuyo objetivo principal es erradicar el uso de las SAO R-22 y sus mezclas en el sector del servicio de refrigeración y climatización.

En la implementación de este proyecto se ha logrado fortalecer instituciones de educación técnica y profesional en el sector RAC con la apertura de las aulas de Buenas Prácticas.

Para ellos se brinda entrenamiento a centros que tienen aulas en el país, mediante la capacitación de inspectores de aduanas para la detención en frontera de las SAO, además de la reconversión de instalaciones de refrigeración y climatización a refrigerantes naturales, amigables con el medio ambiente y el cambio climático.

Con la ejecución del proyecto se cumple con la reducción del 35% establecida en el cronograma de eliminación de HCFC y se han capacitado en las aulas de buenas prácticas hasta la actualidad cuatro mil 751 mecánicos del sector RAC en todos los niveles de la economía nacional, incluidos los trabajadores de la forma no estatal.

Además, la habilitación de 16 aulas con equipos y herramientas de refrigeración y climatización, medios de cómputo y material de oficina y la preparación de más de 120 oficiales de aduana en frontera.

En consecuencia, desde el 2015 no entran al país de equipos con R-22 y la eliminación del R-141b para acciones de limpieza, son algunos de los resultados obtenidos con el proyecto Plan Nacional de Eliminación de los HCFC en el sector de servicios.

 

(ACN)