Cuba-Unión Europea: Crónica de una normalización anunciada (+ Videos)
El canciller cubano, Bruno Rodríguez, y la Alta Representante de la Unión Europea (UE) para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, la italiana Federica Mogherini, firmaron el lunes un acuerdo que oficializa la normalización de las relaciones entre el país caribeño y la UE. “Oficializa”, porque desde 2008 Cuba inició el diálogo político con varios de los 28 estados miembros del bloque y antes de la firma ya mantenía vínculos con 24 de ellos.
Este proceso de “normalización” ha sido más prolongado y menos mediático que el de Estados Unidos, pero representa una nueva victoria cubana en el plano internacional y el reconocimiento de Europa del fracaso de otra política de aislamiento: la posición común.
¿Qué significa la firma de este Acuerdo?
Usualmente la diplomacia suena abstracta: Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación entre Cuba, por una parte, y la Unión Europea y sus Estados Miembros, por la otra.
Pues, ¿cómo se traduce esto? Primero, se retira oficialmente la posición común, hecho que desde el pasado marzo se había anunciado por Federica Mogherini durante su visita a Cuba, el 22 de septiembre por la Comisión Europea y el 6 de diciembre divulgado por la propia Unión. Sí, había sido bastante anunciado, pero fue este lunes cuando verdaderamente ocurrió.
Segundo, el documento fue realizado sobre la base del respeto, la reciprocidad y la igualdad, o sea, que no otorga ninguna potestad a la UE para interferir o demandar cambios en el sistema político, económico y social cubano. El texto cumple con todas las normativas de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Tercero, el convenio potencia el futuro aumento de la colaboración entre el entidad europea y la Isla en todos los sectores. Actualmente, la UE tiene intercambios de colaboración con Cuba por más de 50 millones de euros anuales.
Cuarto, no es un tratado de libre comercio ni nada similar. El acuerdo no garantiza rebajas en los aranceles ni mayores facilidades de las existente para el intercambio comercial entre ambas partes. Aunque, sí incentiva el estrechamiento de vínculos y pudiera generar más contactos para una mejoría en las relaciones económica-financieras. Europa Occidental constituye uno de los principales socios comerciales de la Isla y provee una gran cantidad de turistas cada año, cifras que pudieran ir en aumento.
Quinto, el acuerdo es una demostración al mundo de cómo entenderse más allá de las diferencias, idea resaltada tanto por Rodríguez Parrilla como por Mogherirni. Cuba y la UE mantienen sus criterios dispares en importantes temas, pero esto no impide crear alianzas. De igual modo, coinciden en tópicos como el desarme nuclear, el comercio de armas menores, las medidas coercitivas extraterritoriales, entre otros.
Sexto, el bloqueo de EE.UU. hacia Cuba continuará siendo un obstáculo enorme para el comercio con Europa, región más afectadas por las sanciones extraterritoriales de esa política norteamericana.
La posición común, historia
La década de 1990 fue la etapa más difícil en Cuba luego del triunfo de la Revolución. Tras la caída del Campo Socialista, la Isla perdió su principal mercado y entró en una profunda crisis económica. En ese contexto, el mundo dio por finalizado el socialismo en Cuba y los políticos de Estados Unidos aprovecharon para dar el “golpe de gracia” al intensificar el bloqueo y aumentar el apoyo a los detractores del gobierno cubano.
En esos años se aprobaron dos leyes en EE.UU. que limitaban aún más el comercio internacional: la Ley Torricelli de 1992 y la Helms-Bulton de 1996. Esta última tras el derribo de dos aviones norteamericanos que invadían territorio cubano. Pero ¿qué tiene que ver todo esto con Europa?
En ese mismo año, 1996, el por entonces presidente de España y líder del Partido Popular (PP), José María Aznar, lideraba a quienes insistían en la UE para aprobar la posición común. Tuvieron éxito y el bloque se unió a los Estados Unidos para dejar a Cuba todavía más aislada. Por supuesto, las leyes norteamericanas, las campañas mediáticas y la peso internacional de ese país, influyeron en la decisión.
La posición común limitaba, aunque no erradicaba, el comercio y el intercambio entre Cuba y la UE, que habían establecido relaciones en 1988. Al inicio de 2003, la Isla renunció a la cooperación oficial de la UE, tras el anuncio de esta organización de reducir su ayuda humanitaria, que había sido de 3,6 millones de dólares en el 2000, 8,5 millones el curso siguiente y había descendido a 600 mil dólares en 2002. Fidel explicaba las razones en su discurso del 26 de julio de ese año:
Es verdaderamente indignante pretender presionar e intimidar a Cuba con esas medidas. Cuba, país pequeño, asediado y bloqueado, no sólo ha sido capaz de sobrevivir, sino también de ayudar a muchos países del Tercer Mundo, explotados durante siglos por metrópolis europeas.
(…)
El gobierno de Cuba, por elemental sentido de dignidad, renuncia a cualquier ayuda o resto de ayuda humanitaria que pueda ofrecer la Comisión y los gobiernos de la Unión Europea. Nuestro país sólo aceptaría este tipo de ayuda, por modesta que fuese, de las autonomías regionales o locales, de las Organizaciones No Gubernamentales y movimientos de solidaridad, que no imponen a Cuba condicionamientos políticos.
Como recordaba Bruno Rodríguez en su discurso en Bruselas tras la firma del Acuerdo, en 2008, durante la presidencia francesa de la UE, hubo un viraje en la postura del bloque hacia a Cuba y recomenzó el acercamiento entre ambas partes que había sido interrumpido en 1996.
Así, en 2014 inició un proceso que tuvo siete rondas de negociaciones y que en marzo del presente año se dio por concluido y fue inicialado en La Habana por Christian Leffler, secretario general adjunto para Asuntos Económicos y Globales del Servicio Europeo de Acción Exterior de la UE y Abelardo Moreno, viceministro cubano de Relaciones Exteriores.
El pasado 11 de marzo, la Alta Representante Federica Mogherini, a quien Bruno Rodríguez ha agradecido en varias ocasiones por su activo papel en este proceso, expresaba en su segunda visita a Cuba:
Estamos de acuerdo en que el embargo de los Estados Unidos está totalmente obsoleto. El bloqueo es una medida que pertenece a otro siglo. Ahora las prioridades son el diálogo y la cooperación, desde luego el bloqueo es un obstáculo que tiene que terminarse. Sus efectos extraterritoriales son ilegales. La posición de la Unión Europea es clara: necesitamos que las empresas europeas no sean penalizadas. Trabajaremos con determinación para terminar con esta política que afecta la actividad económica y el desarrollo, y causa daños a la sociedad cubana.
(…)
Estoy aquí para celebrar un paso histórico en nuestras relaciones. El acuerdo marcará una nueva fase de los vínculos bilaterales entre la Unión Europea y Cuba
La posición común, debilitamiento
En los últimos ocho años Cuba retomó los vínculos con varios estados miembros de la UE. Como se explicaba al inicio, antes de la firma del acuerdo de este 12 de diciembre, el país caribeño ya había formalizado el diálogo político con 24 de los 28 países que componen la organización del viejo continente. Solo restaban Dinamarca, Malta, Lituania y Estonia. Además, había reiniciado la cooperación con 22 de ellos, exceptuando los cuatro anteriores más Lituania y Bulgaria.
Por tanto, la posición común se convirtió en un grupo de papeles firmados años atrás y carentes de significado en la actualidad. Incluso, en espacios como la Feria Internacional de La Habana (FIHAV), Europa, en especial España, Alemania, Portugal, Francia, Bélgica e Italia, tienen en cada edición un papel activo para fomentar el comercio con Cuba y varios jefes de Estado y líderes de la UE han visitado la Isla recientemente.
La firma de Bruselas oficializa una normalización que existía de facto. Es un triunfo para Cuba, que mantiene su sistema socialista sin permitir intromisiones y demuestra que todas las políticas de aislamiento contra la Revolución han terminado en fracaso.
Embajadores de la UE se reúnen en sede cubana
Este lunes diplomáticos de la UE y Cuba se reunieron en la sede de esa organización en la Isla para realzar la firma del acuerdo. Embajadores y representantes de los Estados Miembros participaron e intercambiaron con la prensa.
El ministro consejero y jefe de la sección política de la Delegación de la UE en La Habana, Alain Bothorel, reafirmó que la firma fue un momento esperado por muchos años para las relaciones entre Cuba y el bloque. Recordó que ahora el acuerdo debe ser ratificado por el Parlamento Europeo y los poderes legislativos de los 28 integrantes del bloque, aunque desde este mismo instante la mayor parte del texto se aplica de manera provisional.
Declaraciones de Bruno Rodríguez tras la firma del Acuerdo