Cuba bajo intensa campaña de mentiras e incitación a la violencia
El canciller catalogó el atentado contra la sede diplomática como una acción terrorista, y dijo que es el resultado de las continuas campañas alentadas por Washington y los llamados a la violencia que, con completa impunidad, se realizan desde territorio norteamericano.
Por su parte, la subdirectora de Estados Unidos en la Cancillería cubana, Johana Tablada, se preguntaba en su cuenta en Twitter si los altos funcionarios de la administración estadounidense comprenden el alto costo que sus ‘mentiras y anticomunismo irracional’ tienen para el país y un pueblo de paz.
La diplomática acompañó su mensaje con las etiquetas #NoAlTerrorismo, #NoMásMentiras y #NoMásAbuso vs #Cuba.
Este lunes el canciller de la nación caribeña también desmintió las noticias de supuestos estallidos populares en la isla, las cuales fueron difundidas a través de las redes sociales, a la vez que se incitaba a la confrontación.
‘Cuba está en total calma’, enfatizó el ministro, y añadió que es falso que haya disturbios, como se miente con la complicidad de las trasnacionales y plataformas digitales, que violan sus reglas de comunidad y difunden mensajes de odio y mentiras, agregó.
Distintos perfiles en Facebook, fundamentalmente de personas residentes en Estados Unidos, aseveraron que en Cuba ocurrieron ‘levantamientos populares’ y represión policial, en lugares de la geografía nacional como La Habana Vieja, Cárdenas en Matanzas (occidente) y Minas, en Camagüey (centro).
Ante esas informaciones periodistas del diario Juventud Rebelde, de emisoras municipales y otros usuarios, realizaron videos en los que se apreciaba la tranquilidad que reinaba en las calles de la isla.
Desde los disturbios del pasado 11 de julio, Cuba ha emplazado en varias ocasiones al gobierno estadounidense por su complicidad en esos sucesos, en cuya promoción participaron empresas radicadas en territorio norteamericano y que reciben fondos gubernamentales.
Las autoridades denunciaron que los actos violentos fueron estimulados por una operación política comunicacional, que promueve acciones en las redes sociales, difusión de noticias falsas, distorsión de imágenes y videos, ciberataques a sitios web y medios cubanos; todo con el propósito de desestabilizar el país y provocar una supuesta intervención humanitaria.