Crecen en Bolivia repudio y tensión por toma militar de ciudades
La Paz, 19 ene.- El rechazo al despliegue de 70 mil soldados y policías para tomar La Paz, la vecina ciudad de El Alto y las otras 11 capitales departamentales, tiende a intensificarse en Bolivia, ante la muy posible represión a las protestas sociales.
El repudio fue precedido por la preocupación de la Defensoría del Pueblo ante la ocupación de las ciudades con fines de “patrullaje y vigilancia”, según el ministro de Defensa, Luis López, alegando que el objetivo es garantizar la paz y la tranquilidad.
La presidenta de facto, Jeanine Áñez, llamó el viernes último a los seguidores del Movimiento al Socialismo (MAS) a no seguir a su líder Evo Morales, exiliado en Argentina y a abstenerse de las protestas pacíficas convocadas por el Pacto de Unidad que integran el MAS y organizaciones sociales.
Las movilizaciones rechazan la continuidad del régimen de facto, aunque el parlamento aprobó la prórroga del mismo hasta entregar el gobierno a los elegidos en las nuevas elecciones generales del 3 de mayo próximo.
Los llamados el régimen a la tranquilidad contrastan con el gran despliegue de tropas y las exaltadas amenazas del ministro López de incursionar militarmente la semana próxima en Chapare, zona productora de hoja de coca y bastión del MAS y Evo Morales.
En ese territorio, la dirigente cocalera Trifonia Baderrama emplazó “a nuestros hermanos militares, que se unan al pueblo, porque se necesita unión para lograr la paz; o se enfrenten al pueblo”.
La diputada del MAS Betty Yañíquez demandó el cese de la militarización, pues acciones como esta constituyen provocaciones y acarrean enfrentamientos no deseados, según dijo.
Según el titular de Defensa, el control militar de las ciudades estará a cargo de 70 mil hombres y se extenderá al menos hasta el próximo 22 de enero, día en que el MAS celebrará el Día del Estado Plurinacional, establecido durante el Gobierno de Morales.
Ese día, Evo Morales dará un mensaje, como hacía cada año en la fecha, y su partido ha anunciado concentraciones en diversas ciudades en las que instalará pantallas gigantes de televisión para que la población escuche las palabras del líder indígena en un acto en Buenos Aires, donde se encuentra exiliado.
La gobernante Áñez, por su parte, pidió que no se escuche el mensaje de Morales e intentó desacreditarlo, además de anunciar que ella también dará un mensaje sobre su gestión, que ha sobrepasado la misión legalmente permitida, de dedicarse solo a preparar prontas elecciones, lo que no ha cumplido. (Texto y foto: PL)