[:es]Cinéfilos cubanos aplauden a la brasileña Sonia Braga en Festival habanero[:]

[:es]sonia-braga1La Habana, 13 dic.- La actriz brasileña Sonia Braga recibió la víspera el aplauso del público del 38 Festival del Nuevo Cine Latinoamericano, donde compite con Aquarius, una cinta que —según ella— subraya la importancia de la memoria.

Hay países que niegan su propia Historia, advirtió la artista consciente de que el largometraje de Kleber Mendonça Filho es una metáfora aplicable a varias naciones y el personaje de Clara, un símbolo de resistencia.

Para Braga, en envidiable forma física y artística a los 66 años de edad, sus recientes logros como actriz por esta película devienen triunfos para América Latina, aunque en su Brasil natal el Gobierno de Michel Temer arremetiera contra la obra y le impidiera ser candidata al Oscar en representación del país.

Esta embestida fue la reacción ante la denuncia realizada por parte del elenco y el director en el Festival de Cine de Cannes, donde exhibieron carteles en los cuales criticaron el golpe de Estado contra la presidenta Dilma Rousseff, la falta a la democracia y la ilegitimidad del nuevo Gobierno.

Sin embargo, la cinta está en todas partes y en México acaba de conquistar el Premio Fénix a mejor director y mejor actriz protagonista, este último para Braga.

La actriz, popular por sus caracterizaciones en Doña Flor y sus dos maridos; Gabriela, clavo y canela; El beso de la mujer araña; y Tieta de Agreste, confesó en La Habana que al leer el guión de “Aquarius” compendió que el personaje central de la película era el apartamento.

El filme cuenta la historia de Clara, última residente del edificio Aquarius, donde todos los departamentos han sido comprados por una compañía que tiene otros planes para ese lote, sin embargo, la mujer se niega a desprenderse de sus recuerdos.

Clara le ganó la batalla a un cáncer de mama en la juventud, así que afrontará con dignidad y sin miedos un intento de desalojo psicológico orquestado por la compañía, defensora de un estilo de vida más moderno.

Al decir de Braga, esa propuesta de cambio de modo de vida y desprendimiento de sus memorias deviene el nuevo cáncer para Clara y luchará a toda costa contra el flagelo.

Según la artista, todo un equipo trabajó mucho para que el personaje ganara fuerza y fuera orgánico, los resultados agradan; en Cuba una extensa ovación recompensó la primera exhibición de la obra en el cine Chaplin, de esta capital.

El mejor guión que he hecho, declaró Braga en conferencia de prensa ofrecida en el Hotel Nacional de Cuba, allí parecía sentirse como en casa y contó que al venir a este país cumple un sueño viejísimo.

No me gusta ser una actriz, me gusta ser una persona, aseveró esta mujer hermosa —en vivo más que en pantalla—, afable, muy conversadora y jovial.

Al igual que Clara, la Braga no se desprende de sus memorias y relató orgullosa cómo tuvo que trabajar desde edad temprana para ayudar económicamente a su madre viuda, pero esto le enseñó mucho en la vida.

Mamá hizo todos los vestidos que usé en El beso de la mujer araña, detalló la hija, orgullosa de su carrera y sus recuerdos. (Texto y foto: PL)[:]