Cierra Semana de la Cultura con cuentas pendientes
Camagüey, 8 feb.- Este 7 de febrero concluyó la Semana de la Cultura Camagüeyana, un evento que, si bien ha mantenido el objetivo de celebrar la identidad local, deja también interrogantes sobre su verdadero alcance y pertinencia.
Desde el día 1ro. la ciudad ha recordado su fundación oficial el 2 de febrero de 1514, cuando se estableció la Villa de Santa María del Puerto del Príncipe. Sin embargo, el origen en Punta del Guincho, Nuevitas, sigue siendo un dato relegado a un segundo plano. Este olvido recurrente deja la sensación de que la historia completa de la región aún no es reconocida.
La celebración ha contado con una cartelera modesta. Algunas instituciones han intentado diferenciarse con propuestas especiales, mientras otras han limitado su participación a repetir lo de siempre con un sello conmemorativo. En un contexto de escasez y crisis energética, muchas actividades han pasado desapercibidas, y la promoción no ha logrado atraer suficiente público.
Es justo reconocer el esfuerzo de artistas, organizadores y público que, a pesar de los apagones de hasta 15 horas diarias, o más, decidieron salir a las calles y participar. En una ciudad a oscuras, donde cada salida supone un desafío, el compromiso con la cultura se ha manifestado con una perseverancia admirable. Asistir a un espectáculo y luego encontrar el camino de regreso en esas condiciones es una muestra de resistencia y solidaridad colectiva.
El protagonismo digital ha sido evidente, aunque también ha expuesto sus límites. La falta de garantía en la conectividad hace que las redes sociales no siempre sean el medio más efectivo para la difusión cultural. Publicar en WhatsApp o Facebook no asegura el impacto deseado, un aspecto que merece mejor planificación en futuras ediciones.
El sentimiento de arraigo y nostalgia ha estado presente, pero en gran medida desde la distancia. Muchos camagüeyanos han compartido recuerdos y reflexiones sobre la ciudad en plataformas digitales, sin poder participar activamente en la celebración. Esto pone sobre la mesa la necesidad de una estrategia cultural más inclusiva y accesible para la población local.
Un aspecto que merece más atención es la cultura como motor de transformación en la administración pública. Durante la Semana de la Cultura, el protagonismo ha recaído principalmente en lo artístico y literario, con algunas pinceladas de tradiciones y costumbres. Sin embargo, es fundamental reflexionar sobre el papel de la cultura en la formación de mejores profesionales y ciudadanos.
La cultura no es solo un conjunto de expresiones artísticas, sino un factor clave en la construcción de valores, ética y responsabilidad social. Camagüey, como ciudad legendaria, merece habitantes y funcionarios a la altura de su legado, y eso pasa por un autoexamen profundo de cuánto la cultura —o la falta de ella— influye en nuestra forma de gestionar lo público y de convivir como sociedad.
Al cerrar esta edición, queda claro que la Semana de la Cultura necesita revisar sus prioridades. Si se trata de celebrar la historia y la identidad de Camagüey, es necesario ir más allá del acto simbólico y garantizar que la memoria completa, en todas sus dimensiones, sea parte del evento. La cultura no ha de ser un homenaje ocasional, sino un compromiso permanente con la comunidad. (Yanetsy León González/Adelante Digital ) (Fotos: Leandro Pérez Pérez/Adelante Digital)