Ante déficit de fertilizantes agricultura cubana fomenta bioproductos naturales
La Habana, 4 abr.- Ante la abrupta caída en los últimos años de las importaciones de fertilizantes químicos y de sus niveles de entrega por la industria nacional, Cuba ha podido paliar la demanda de nutrientes de muchos de sus cultivos con la producción de bioproductos naturales, incluso a nivel local.
Si en 2017 el país llegó a consumir alrededor de medio millón de toneladas de fertilizantes para un índice de 90 kilogramos por hectáreas, en 2021 -con lo que pudo adquirir en el mercado internacional y elaborar internamente- la cifra fue tan solo de ocho kgs/ha, con el consiguiente impacto negativo en los rendimientos agrícolas, según un experto en el tema.
Consultado por la Agencia Cubana de Noticias el Máster en Ciencias Dagoberto Rodríguez Lozano, director de Suelos y Fertilizantes del Ministerio de la Agricultura, explicó que solo el arroz, la papa y el tabaco pudieron beneficiarse con fertilización integrada, es decir, química y biológica.
La producción nacional no cubre la demanda de fertilizantes y, además, ha decrecido en los últimos años por las limitaciones financieras, y aunque tradicionalmente Cuba ha producido fertilizantes químicos, las plantas de reciente creación, o aquellas en construcción, están dedicadas a elaborar biofertilizantes, siendo Nitrogenados NPK la variedad más utilizada.
El experto recordó que las principales entidades productoras de fertilizantes se aglutinan en las Organizaciones Superiores de Desarrollo Empresarial de los ministerios de Industria —OSDE Industria Química—, de Energía y Minas —Grupo Geominsal—, y de la Agricultura —Labiofam—, así como en el Grupo Empresarial Azcuba.
Con vistas a garantizar la producción de bioproductos y así atenuar el problema hubo que crear capacidades industriales en Labiofam y en Azcuba, acota Lozano Rodríguez.
En 2019 se logró una cifra récord de cinco millones de litros, lo cual permitió proteger a alrededor del 70%
de las áreas de siembra en el país, a la par que se amplió la diversidad de bioproductos, pues ninguno es capaz por sí solo de sustituir el ciento por ciento de lo que demanda de nutrientes un cultivo, señala.
Aclara que tampoco se trata de sustituir fertilizantes, sino de nutrir las plantaciones hasta donde sea posible, aunque ahora tenemos dificultades con la disponibilidad de envases y eso ha limitado la comercialización, dado que se requiere que cumplan sus especificaciones técnicas; recuerde que estamos hablando de seres vivos como hongos y bacterias, cuyas propiedades no deben perderse, acota.
El directivo subraya que no basta con poner en las tiendas agropecuarias del Grupo Empresarial de Logística (Gelma) y de Azcuba toda la gama de bioproductos sino se prepara bien a ese vendedor que explicará al productor, y a la población, las propiedades de cada uno, cuándo y cómo prepararlo y aplicarlo.
Pero también es importante garantizar el reaprovisionamiento en aras de que no pierda calidad su uso o caduque, pues a veces algunas personas consideran que tal o mas cual bioproducto no es bueno cuando en realidad ha habido violaciones en la cadena de suministros, en su flujo sistemático o periódico, manifiesta.
Según el director de Suelos y Fertilizantes del Minag en la actualidad se desarrollan 10 nuevos bioproductos, los cuales en los próximos meses deben registrarse y que por poseer mayores propiedades impactarán mucho mejor en la producción agrícola.
Un detalle crucial en la nueva Política de Suelos, no solo de carácter económico-productivo sino medioambiental, es proteger los suelos, aclara finalmente el especialista.
Tal cual se dijo en el balance del Minag, una de las prioridades de la agricultura cubana en 2022 consiste en el desarrollo de fuentes nacionales de insumos productivos, ante la carencia de financiamientos para su importación, especialmente de fertilizantes y plaguicidas.
En sintonía con lo anterior, tras un intenso proceso de reparación y mantenimiento, la reciente puesta en marcha de la planta de nitrato de amonio, de la Empresa Química Revolución de Octubre, en Nuevitas, debe incrementar el suministro de ese tipo de fertilizante al sector agrícola.
Con cerca de 50 años de explotación, su entrada en funcionamiento le otorgará estabilidad al proceso de elaboración de un renglón de alto impacto en el aumento del rendimiento y la calidad de las cosechas.
Pero está también el aporte o reto de la industria minera de incrementar la producción de fertilizantes con el empleo de la zeolita, y encadenarse con centros de investigación, el Ministerio de la Agricultura y con los campesinos o demás productores.
En diciembre pasado Salvador Valdés Mesa, miembro del Buró Político y vicepresidente de Cuba, chequeó en Santa Clara la marcha del proceso inversionista en la Planta de biofertilizantes y bioplaguicidas para los cultivos agrícolas.
Con pronósticos de arrancada en septiembre venidero, ésta procesará tales rubros destinados a sustituir importaciones y ampliar el fomento agropecuario del país, en especial, los cultivos varios, y pudiera en un futuro extender ofertas en exportaciones.
El vicepresidente cubano señaló que esa planta es similar a otras dos en construcción, una en La Habana (en Labiofam) y otra en Granma, respectivamente, con una inversión conjunta entre China y Cuba. (Texto y foto: ACN)