Retablillo y títeres cobran vitalidad en Guiñol guantanamero

Retablillo y títeres cobran vitalidad en Guiñol guantanameroEl retablillo, el teatrillo de cartón que inspiró al español Federico García Lorca en sus años de infante y luego como dramaturgo, el escenario que en manos de juglares da vida a muñecos y deviene maravilla para niños, se engrandece en la provincia de Guantánamo con la Sede del Teatro Guiñol.
  
Tras casi dos décadas de silencio en sus tablas por una demorada reparación -iniciada en 1990 y largamente detenida luego,  por falta de recursos materiales- la sala titiritera se abrió hermosa el 31 de diciembre de 2008, llena de sueños para regocijo de los infantes.
  
Desde su reinauguración, hace casi un año, unos 10 mil pequeños con sus padres acudieron a disfrutar de la compañía, que con cerca de cuatro décadas de fundada regala la ternura y vitalidad de sus marionetas, y la virtud de educar, hacer reír y hasta llorar con sus historias.
  
En estos años, los actores de esa agrupación de las artes escénicas de Guantánamo han consolidado destrezas en el manejo de muñecos y en el trabajo comunitario, y así logran mayor contacto participativo con el espectador.
  
Maribel López Carcacés, directora del conjunto, explicó a la AIN que la presentación en las comunidades es compromiso permanente de la compañía, por lo que muchas de las puestas en escena están diseñadas para este contexto.
  
Destacó que esta característica, devenida sello distintivo del grupo, se vio consolidada durante los años de cerrado el escenario tradicional, tiempo en que el colectivo se dedicó al teatro callejero y llevó el retablo a parques, escuelas y círculos infantiles.
  
Esa fue la vía que encontramos para no dejar morir al Guiñol, subrayó Maribel, además de la incursión en el hermoso proyecto que es la Cruzada Teatral Guantánamo-Baracoa, que anualmente recorre 400 kilómetros por las serranías orientales para llevar el arte de las tablas a los habitantes de intrincados parajes.
  
Este evento permitió el contacto con otros públicos, y el intercambio con grupos titiriteros de todo el país e importantes personalidades de ese arte, como Armando Morales, director del Teatro Nacional de Guiñol, argumentó.
  
Otro tanto de historia en la voz de protagonistas.
  
Juan Carlos Monsech, uno de los más antiguos actores de la compañía, aportó otro tanto de historia al rememorar el día cuatro de abril de 1970, cuando se creó el grupo Guiñol guantanamero, como primera agrupación profesional de las artes escénicas en la provincia.
  
El hecho representó un momento importante en el desarrollo cultural del territorio, señaló, y respondió a la voluntad política del Estado Cubano de establecer un grupo de teatro para niños en cada provincia.
  
Dolores Olivares, también consagrada actriz, recordó que a fines de la década del 70 se acondicionó lo que es hoy la Sala del Teatro Guiñol, y tras 20 años de trabajo bajo sus telones se iniciaron acciones para una reparación, pospuesta, entre otros factores, por los efectos del conocido como período especial en Cuba.
  
Explicó que incialmente el trabajo tenía fines más bien didácticos, pues este primer grupo perteneció a las nóminas del Ministerio de Educación y sus actores fungían en calidad de instructores de arte y auxiliares pedagógicos.
  
Hasta hoy, el repertorio se ha ampliado y desarrollado estéticamente, y los 16 integrantes que actualmente conforman el colectivo han movido las puestas en escena hacia los clásicos del teatro titiritero, entre ellos El Retablillo de Don Cristóbal, de Federico García Lorca.
 
Todo ello, aseguran los protagonistas, manteniendo el espíritu de contribuir al enriquecimiento de valores éticos y estéticos de niños, niñas y adultos, y para ensalzar al Guiñol, que como dijera Lorca“…es la expresión de la fantasía del pueblo y da el clima de su gracia y de su inocencia…”.    

(AIN)