Europa ante aldabonazo de cohetes rusos Iskander
Moscú, 16 nov .- Con beneplácito, Rusia aprecia hoy el cambio de enfoque de la Unión Europea (UE) sobre el despliegue del sistema de defensa antimisiles (DAM) de Estados Unidos en este continente, expresado en la Cumbre de Niza, Francia.
Lástima que para ello fue necesario saber qué acciones emprenderá la Federación rusa en respuesta a esas medidas unilaterales, sostuvo el ministro de Asuntos Exteriores, Serguei Lavrov, en declaraciones a la radioemisora Eco de Moscú.
Empero, el canciller saludó la declaración del presidente francés, Nicolás Sarkozy, al frente de la UE en este semestre, quien afirmó en Niza que el despliegue del escudo antimisiles no añade seguridad alguna y complica más la situación.
Lavrov subrayó que el mandatario galo instó prácticamente a dar los mismos pasos que Moscú viene planteando en el último año y medio, con énfasis en la necesidad de lograr una pausa en los movimientos unilaterales en materia de seguridad continental.
El jefe de la diplomacia rusa aclaró que este punto de vista es válido tanto para la DAM como para la expansión de la OTAN hacia las fronteras rusas o cualquier otra medida considerada amenaza para la seguridad nacional del país más extenso del planeta.
NO se puede violar el principio de indivisibilidad de la seguridad, insistió enfático el ministro ruso.
Moscú apoya la propuesta de Sarkozy de adoptar una pausa en todos estos asuntos, por lo menos durante la elaboración de un nuevo tratado internacional de seguridad, cuya propuesta de rúbrica fue reiterada en Niza por el jefe de estado ruso, Dmitri Medvedev.
El Kremlin ha propuesto interrumpidamente a la UE debatir en particular la inestabilidad que provocará en el continente el despliegue de la DAM en el Viejo Continente, pero esa iniciativa fue rechazada hasta ahora.
Como pretexto, los europeos argumentaron que ese tema tendría que ver exclusivamente con la esfera de las relaciones bilaterales de Washington con la República Checa y Polonia.
Los líderes de la UE comenzaron a repensar sus posiciones, luego del anuncio formulado recientemente por Medvédev en su Informe Anual ante la Asamblea Federal sobre la posibilidad de desplegar en Kaliningrado los complejos coheteriles Iskander, en respuesta al DAM.
Estas baterías tácticas de alta precisión constan de misiles balísticos guiados con alcance de hasta 280 kilómetros y cruceros capaces de impactar hasta una distancia de 500 kilómetros.
Su presencia en Kaliningrado permitiría neutralizar objetivos en Polonia, Ucrania, Lituania y Letonia.
En un intento por provocar un cambio de actitud en los europeos, días antes de la Cumbre del G-8 en Heligendamm, Alemania, en junio de 2007, Moscú realizó ensayos exitosos del ultramoderno misil balístico intercontinental (MBI) RS-24 de ojiva múltiple y del táctico operacional R-500 del sistema Iskander.
Horas después, en Heligendamm, el entonces presidente, Vladimir Putin, advirtió a Occidente que en caso de que se desplieguen en Europa elementos de la DAM norteamericana, Rusia reorientará sus cohetes hacia los objetivos correspondientes de esta zona.
Simultáneamente sorprendió a su colega norteamericano, George W. Bush, en el encuentro que sostuvieron en formato bilateral, cuando le propuso cogestionar la base de radiolocalización de Gabala, arrendada por Rusia a Azerbaiyán.
La idea de compartir la información de esta estación de radares ubicada en la ribera del Caspio dejó sin justificación el argumento de proteger a Europa de hipotéticos cohetes iraníes con medios estratégicos norteamericanos desplegados en Polonia y República Checa.
Gabala cubre plenamente toda la región que suscita sospechas en nuestros colegas estadounidenses, dijo el estadista ruso a la prensa en Heligendamm.
El jefe del Kremlin aseguró que en caso necesario Rusia podría modernizar este objetivo y transferir sus datos “on line”, lo cual liberaría a Washington de la necesidad de desplegar grupos de choque en el espacio sideral y evitaría al mundo el correspondiente peligro.
Subrayó, asimismo, que ya no sería necesario construir un nuevo radar en la República Checa ni desplegar los 10 cohetes interceptores en Polonia.
La ventaja de esa propuesta consiste en que en caso de un ataque de los inexistentes cohetes de Irán, estos vectores serían abatidos en la primera fase de despegue y sus restos caerían al mar, no sobre ciudades europeas, resaltó el estadista.
Si se resuelve este problema será innecesario instalar cohetes rusos cerca de las fronteras europeas, concluyó el estadista.
Pero las presiones de Washington sobre sus aliados europeos frustraron hasta hoy la aspiración de llegar a un acuerdo.
Al parecer, el aldabonazo de los misiles Iskander en Kaliningrado comienza a provocar ahora un cambio de actitud en los líderes de la UE, expresado en la cumbre de Niza. Retoma vigencia el mensaje de Putin en Heligendamm hacia los gobernantes europeos.(Jorge Petinaud/ PL).