internacionales

El fenómeno Obama: profecía posible o epitafio de muchas esperanzas

El fenómeno Obama: profecía posible o epitafio de muchas esperanzasWashington, 28 oct .- En momentos en que importantes analistas políticos aseguran el triunfo del afro-norteamericano Barack Obama en las elecciones de Estados Unidos, permanece latente la interrogante de qué sucederá una vez asuma la presidencia.

Si se diera esa profecía, que ahora vaticinan los oráculos mediáticos estadounidenses, quedaría por responderse la pregunta de si realmente cumplirá las expectativas de las capas más pobres, o haría como otros que le antecedieron.

Varios norteamericanos han consultado a renombrados astrólogos y pitonisas, sin lograr una respuesta concreta. En una situación que es totalmente nueva para un pueblo escéptico por la aplicación de fracasadas políticas.

La ruta hacia el reconocimiento político que le permitió al candidato demócrata, Barack Obama, intentar llegar a la Casa Blanca fue históricamente larga para otros negros en Estados Unidos, y hasta sangrienta para la mayoría de sus antecesores.

El único que pudo postularse en el siglo XIX fue el destacado abolicionista Frederick Douglass, un esclavo que aprendió a leer por su cuenta, algo ilegal para los negros en aquel entonces, hasta que escapó a Nueva York donde se convirtió en escritor y orador.

Cuando la primera mujer que intento llegar a la Casa Blanca , Victoria Woodhull, se postuló en 1872 por el Partido por la Igualdad de Derechos y lo nombró como su compañero de fórmula, Douglass se mostró reacio a intentar asumir siquiera dicha candidatura, tal vez porque hasta ese momento una investidura de tal nivel era reservada solamente para los blancos adinerados.

En las décadas posteriores al fin de la Guerra Civil, se impusieron una serie de leyes racistas, como las de Jim Crow, las cuales marcaron el comienzo de una era preñada de abusos y linchamientos, con prohibiciones a la participación de los negros, los indios americanos y los chinos en la política electoral de entonces.

Pero el cambio comenzó cuando el movimiento por los derechos civiles se propuso como objetivo lograr el ejercicio del sufragio por los negros en los estados sureños.

Charlene Mitchell, una comunista, se convirtió en la primera mujer afro-americana en una elección presidencial al competir por dos estados.

Por otro lado, Shirley Chisholm, fue la primera mujer negra electa para ocupar una banca en el Congreso y la primera en intentar convertirse en candidata a presidente por los demócratas en 1972.

"Con ella, fue una suerte de ejercicio político simbólico que la gente, incluyendo a los propios negros, no pensaban que fuera posible", afirmó en una entrevista de la época Lee Edwards, historiador de la Fundación Heritage en Washington.

El reverendo Jesse Jackson, quien luchó junto a Martin Luther King por los derechos civiles, se postuló a la candidatura presidencial por el Partido Demócrata en 1984 y 1988, sin lograr ningún éxito.

Jackson declaró recientemente que “Obama está corriendo la vuelta final de un maratón que duró muchas décadas y eso indica que el acceso de las minorías al poder político ya está asegurado, aunque Obama no gane ahora”.

Por su parte, la premio Nobel de Literatura 2007, la británica Doris Lessing, aseguró en febrero último en una entrevista con el diario Dagens Nyther que: “Obama sería asesinado al poco tiempo de asumir la presidencia, ya que un negro norteamericano no duraría mucho en una posición como ésa por el racismo existente”.

También algunos racistas pronostican que se producirán motines callejeros contra el nuevo mandatario en caso que resulte ganador y hasta especulan sobre un golpe de estado supuestamente ejecutado por extremistas blancos dentro de las fuerzas armadas estadounidenses.

El director del "Middle East Forum", Daniel Pipes, declaró a la revista National Review Online en enero pasado que, si Obama gana, el presidente George W. Bush trataría de iniciar algún tipo de conflicto bélico durante las restantes 10 semanas que le quedarían de mandato. En esta recta final de la carrera electoral, para la comunidad afro en Estados Unidos reviven los discursos de Martin Luther King, cuando decía que había soñado que algún día en las montañas rojizas de Georgia, los hijos de los antiguos esclavos podrían sentarse en la misma mesa de la hermandad con los hijos de los esclavistas.

Queda aún por ver si está visión profética se hace realidad, o queda grabada como epitafio en la tumba de las grandes esperanzas que la mayoría del pueblo estadounidense deposita en Obama, como evidencian los sondeos.(PL)