¿Lactar o no lactar?
La decisión de lactar o no a los niños es responsabilidad de los padres, que deben saber las indiscutibles ventajas de la leche materna, los mitos sobre esa práctica natural y las precauciones que han de adoptar.
Prejuicios, verdades y falacias rondan el acto de alimentar a los bebés de la manera más natural que practican todos los mamíferos, porque el ser humano ha introducido variantes al margen de lo que dicta la naturaleza misma.
El tema ocupa a expertos y organizaciones de salud a escala mundial para divulgar ventajas nutricionales e inmunológicas de amamantar a los hijos.
No obstante, existen comerciantes que en muchos países venden productos sustitutos sobre la base de convencer a las mamás de supuestos daños para sí mismas si dan el pecho a sus criaturas.
Conservar graciosamente la figura femenina y en particular del busto, elevado a categoría estética del atractivo sexual por fabricantes de papillas, estilistas y cirujanos plásticos, es alegación recurrente contra la lactancia materna, en función de obtener ganancias.
Aunque en Cuba esas acciones publicitarias se sufren menos, el entorno no está exento de prejuicios e influencias negativas.
Sin dejar de reconocer la importancia de algunos suplementos en casos específicos, es ciencia establecida que la leche humana constituye un alimento fundamental y no existe ningún otro producto natural o comercialmente promovido que sustituya sus bondades cualitativas.
Expertos afirman que la leche materna se debe suministrar a los hijos desde que estos llegan al mundo. El calostro, o primera leche, es esencial, pues transmite elementos inmunológicos que protegen contra variadas enfermedades.
La frecuencia de lactancia debe ser estable, porque la interrupción por más de 12 horas podría mermar el flujo del alimento en las glándulas mamarias, y en caso necesario la leche materna puede conservarse refrigerada por 48 horas.
Entre las muchas ventajas documentadas para la madre lactante, se conocen la reducción del riesgo de contraer diversas formas de cáncer, el reforzamiento de la relación psicológica con el hijo y la precoz recuperación del tamaño mamario.
Es recomendable tomar abundante líquido mientras la madre da el pecho al hijo y, de acuerdo con nutricionistas, forma parte de los mitos el creer que ingerir malta, cebada u otros cereales aumentan la cantidad de leche.
Una alimentación balanceada es esencial para la madre, y entre las recomendaciones más generalizadas están las de no consumir chocolote, café ni condimentos, mientras que a escala mundial está demostrada la alta nocividad del mal hábito de fumar para la mamá y su criatura.
Muchos medicamentos se transfieren a la leche materna, por lo que deben evitarse, y en todo caso consultar al médico, quien aconsejará específicamente.
La salud física y psíquica, y el desarrollo biológico del hijo, siempre agradecerán haber recibido prolongadamente la insustituible leche materna.(Rolando Pérez Betancourt/ AIN)