Educadora santacruceña: Mis alumnos son como mis hijos

Como artistas dedicadas a moldear capacidades, habilidades y valores en pequeños de preescolar, así apreciamos a las educadoras y auxiliares pedagógicas responsabilizadas de ese nivel, calificado por el sistema educacional cubano como el sexto año de vida, antes de iniciar el primer grado.

María del Carmen Clicio Fleita y Nereida Rodríguez Mesa, es la maestra y auxiliar pedagógica, en el mismo orden, que llevan la conducción de veinte niños en el aula de preescolar, de la escuela primaria José Martí, en Santa Cruz del Sur.

Desde ahora aprenden a ser útiles y bondadosos, porque eso significa, también, enseñar con cimiento martiano. Son guiados por la ejemplaridad, la sensibilidad patriótica, acrecentando desde el recinto, la honradez.

La Clicio, ha superado las dos décadas en el magisterio. Aunque sus cuerdas vocales se han afectado: “No puede desprenderme de estos principitos y princesitas. Tengo dos hijos, pero a mis alumnos los considero como tal. Me inspiran en cada clase”.

En los inicios fue auxiliar pedagógica en la Enseñanza Especial, un período importante en su ejercicio. “Fue tanto el cariño atesorado en esa etapa, que al trasladarme hacia la primaria determiné, situarme frente al aula en la suprema tarea: ¡Maestra!”.

El enlace de emociones hacia el preescolar, tuvo nacimiento en el plantel Carlos Manuel de Céspedes, cuando estuvo ubicado en el poblado La Playa, de esta localidad (actualmente en la comunidad 50 Aniversario, construida para damnificados del huracán Paloma).

“Inmensa fue la dicha, motivándome a realizar estudios de la licenciatura en esa enseñanza tan tierna, preparación concluida hace algún tiempo”. “El educador nunca deja de superarse, mientras más aprende, mejor explica cada contenido, cada juego, cada actividad”.

Puntualiza que el maestro es el mayor promotor, “al forjar con el “fuego” ardiente de la palabra al ciudadano laborioso e inteligente del futuro. Es cierto, la educación comienza en la casa, pero nosotros desde el apoyo familiar logramos niños corteses, honestos, expresándose con coherencia, al abrigo de la Educación Formal”.

Se logra que en los juegos de roles imiten a sus seres queridos en el orden hogareño, el respeto amoroso, la solidaridad entre los padres. Esa unidad los hace más expresivos, les elimina la timidez. De igual manera la Educación Física; escuchar música acorde a su edad o cantar canciones infantiles, les desarrolla el lenguaje, el pensamiento y otros muchos valores indispensables en el ser humano.

Nereida, la indetenible auxiliar pedagógica luego de revisar los cuadernos de preescritura, significa la importancia de su labor, al atender las diferencias individuales en los alumnos que presenten alguna dificultad en el aprendizaje de los vocales y las consonantes m, l y s, para formar palabras en los componedores.

“La maestra, agrega, mantiene informados a los padres sobre los progresos y dificultades, explicándoles la forma que deben emplear para repasar a sus hijos los sencillos contenidos, auxiliándolos en el control muscular, el vocabulario y el conteo de conjuntos en los números del uno al diez”. Etapa decisiva, antes del comienzo del primer grado, el venidero calendario lectivo 2015-2016.

Genny Annaliet Batueca Moreno, ha aprendido a hacer los trazos, de izquierda a derecha, como el resto de los discípulos, con bastante exactitud, “sin hacer borrones. Sé pronunciar las palabras con las vocales y consonantes que nos enseñó la maestra… narrar cuentos y cantar algunas canciones infantiles. Sabemos ¡uf!, mucho”.

“Cada vez que gano en la Educación Física, porque soy muy rápido, recibo un aplauso. Dice la auxiliar pedagógica, que no hay quien me venza”, comenta Dainier Herrera Almeida.

Permanecen en el aula ceñidos a la aureola del afán espléndido, en esa enseñanza destinada a fortalecerlos en cuerpo y alma. Miran con ojitos deleitados a sus educadoras María del Carmen y Nereida, quienes se desviven por los besos de los que saben querer. (Raúl Reyes Rodríguez/ Radio Santa Cruz)