Ternura correspondida entre familia y tierra
Por: Raúl Reyes Rodríguez
A incrementar la felicidad de un hombre y una mujer, que se unieron un día gracias al sabor de una caldosa, contribuyó el pedido de dos caballerías de tierras en usufructo destinadas a la crianza e incremento del ganado vacuno, dedicando una parte del rebaño a la extracción de leche, producto destinado al Lácteo santacruceño.
“Nos conocimos en una fiesta, no habíamos conversado mucho cuando él me invitó a tomarme un caldo en la casa de un hermano suyo. Comencé a aceptar sus visitas… me agradaban. Decidimos casarnos luego de estar convencidos que la relación tenía sustento, no sería una desventura. El tiempo lo ha demostrado”, comenta sonrojada Noris Rodríguez Martínez.
Pedro Gilberto Rivero Cabeza, confiesa ser corto de palabras cuando se tratan estas cuestiones. El ahogo se presenta ante este hombre del campo. Tras hacer un esfuerzo recuerda “que en esa época era bueyero en una Unidad Básica de Producción Cooperativa (UBPC), soltaba el trabajo y cogía la bicicleta. Eran 5 kilómetros de ida y vuelta desde Haití hasta El Prado. Aunque estuviera muy cansado no dejaba de ir a ver a la novia al poblado Haití”.
Quisieron buscar en la tierra la fortuna productiva. Hace tres años se asentaron por la zona de El Prado, donde creció “desmelenado” sobre los caballos, Rivero. A cada uno le fue entregada una caballería de tierra. “Las unimos como nuestros besos; no sin antes tumbar bastante marabú y todavía seguimos dándole machete al que queda”.
La sequía se muestra tan dura como el jiquí; pero esta pareja no desatiende el propósito que los llevó a asentarse en tan despoblado sitio, donde azotan jejenes y mosquitos cuando el viento se presenta del sur.
“Estamos entregando 15 litros de leche diarios extraídos de las 6 vacas en ordeño”, indica el usufructuario. “El ganado debemos moverlo hacia parajes apartados donde el pasto lo favorece. ¡Ojalá pronto llegue la primavera! así el verdor pintará también a estos potreros”.
Cuando vuelvan a cumplir otro aniversario de matrimonio, el número 13 indica la Rodríguez, “Haré una caldosa mucho más jugosa que aquella compartida con mi esposo cuando nos enamoramos a primera vista. Ya hemos creado una familia; lo que hemos puesto sobre la tierra seguirá seguro en la finca El Modelo”.