Bloqueo de EE.UU. contra Cuba, una hostilidad que se intensifica
Tras más de medio siglo de instrumentado, el bloqueo de Estados Unidos contra Cuba no solo mantiene su vigencia sino que intensifica su carácter extraterritorial con la persecución a entidades financieras internacionales que negocian con la isla.
En virtud de esa política, durante los últimos cuatro años Washington desarrolló 130 acciones, de ellas 81 en la esfera financiera, y 38 instituciones bancarias resultaron multadas con más de 11 mil 400 89 millones de dólares.
Ese acoso sin precedentes se dirige a afectar el normal desenvolvimiento de todas las esferas de la vida económica, social, cultural y política con el propósito declarado de provocar "el hambre, la desesperación y el derrocamiento del gobierno".
En aras de ese objetivo, la administración estadounidense no se detiene, siquiera, ante los intereses de sus países aliados, como el BNP Paribas (francés), multado con un monto de ocho mil 970 millones de dólares.
Desde su instauración en 1962, el bloqueo busca destruir a la Revolución cubana mediante la eliminación del flujo de divisas, afirmó recientemente el investigador titular del Centro de Investigaciones Históricas de la Seguridad del Estado, Andrés Zaldívar.
La implementación de sus leyes, recrudecidas a lo largo de más de 50 años, fue precedida de disposiciones como la prohibición, en 1960, de las exportaciones estadounidenses y la suspensión definitiva de la cuota azucarera cubana en el mercado de ese país en marzo de 1961.
Incluso antes, el gobierno de Dwight Eisenhower se negó a devolver más de 400 millones de dólares robados del tesoro público por los funcionarios de la derrocada dictadura de Fulgencio Batista.
La puesta en vigor de regulaciones para el control de activos cubanos, en 1963, trajo consigo la congelación de fondos de la isla depositados en bancos de Estados Unidos, y la suspensión de las transacciones financieras y comerciales que no estuvieran bajo licencia, entre otras consecuencias.
Esas agresiones recibieron un fuerte impulso durante la administración de Ronald Reagan (1981-1989), quien eliminó algunas iniciativas positivas implementadas por gobiernos anteriores, afirmó Zaldívar.
Reagan, recordó, incorporó a Cuba a la lista de estados promotores del terrorismo y fortaleció la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro (OFAC, por sus siglas en Inglés) con el aumento de su nómina y un millonario financiamiento adicional para desarrollar sus acciones.
El acoso adquirió mayor carácter extraterritorial en los años de 1990, con la implementación de las leyes Torricelli y Helms Borton, en 1992 y 1996, respectivamente, cuando con la desaparición del campo socialista, Cuba perdió de golpe mas del 80 por ciento de su comercio.
Posteriormente, otras medidas oportunistas facilitaron la usurpación de marcas y nombres comerciales de productos líderes cubanos y obstaculizaron las inversiones extranjeras en estas esferas.
El llamado Plan Bush, puesto en práctica desde agosto de 2004 por el entonces presidente estadounidense, George W. Bush, destinado a vigorizar el bloqueo, y fomentar la disidencia y la propaganda en contra del gobierno cubano, fue "una vuelta de rosca", como en ningún momento anterior, afirmó el estudioso.
Durante esa administración se creó una fuerza de tarea interagencias para perseguir transacciones en todo el mundo, y un grupo de trabajo para la aplicación de sanciones a Cuba, recordó.
Los aviesos propósitos de Washington persisten pese al cada vez mayor consenso de amplios sectores del pueblo norteamericano a favor de un cambio de esa política, y al rechazo mundial al bloqueo, expresado en 22 ocasiones por la Asamblea General de ONU.
Frente al progresivo fortalecimiento de las medidas coercitivas unilaterales de la Casa Blanca, Cuba no abandona sino que actualiza su modelo de desarrollo propio con el objetivo de hacerlo eficiente, al tiempo que denuncia las agresiones de que es víctima.
El próximo 28 de octubre la Asamblea General de la ONU acogerá en su 68 periodo de sesiones el informe presentado por la isla bajo el título Necesidad de poner fin al bloque económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos de América contra Cuba.
Por Ernesto Vera Mellado/Periodista de la Redacción Nacional de Prensa Latina