Esplendor, decadencia y esperanzas del río Almendares

Principal incitador del traslado de la primaria Habana hacia el que sería su tercer y definitivo asentamiento, el río Almendares constituye centro del Gran Parque Metropolitano de La Habana (GPMH): oxigenante y verde “pulmón” creado en 1989 por orientación del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.

En sus 700 hectáreas, que abarcan más allá de los nueve últimos kilómetros de la medular arteria fluvial, habitan cerca de 200 mil pobladores de Pogolotti, Cantarrana, La Guayaba, El Husillo y El Fanguito, entre otras localidades habaneras. Radican también más de 200 centros de diferente tipo, entre industrias, hospitales, escuelas, cafeterías y otras construcciones, que derraman o han vertido residuales contaminantes en su trayecto.
   
Con el decursar de los siglos, el  paradisíaco entorno que atrajo a los primigenios habaneros desde Batabanó para asentarse en parajes de La Chorrera, fue agredido e inundado con derrames industriales y albañales causantes de gravísimos daños en su flora y fauna.
   
Las otrora potables y transparentes aguas del principal curso fluvial de La Habana, rebosantes de variadas especies, fueron anegándose de veneno e inmundicia hasta alcanzar dramáticos niveles del uno por ciento miligramos de oxígeno por litro del líquido, cota intolerable para cualquier vida.
      
La creación del GPMH en 1989  ha logrado rescatar paulatinamente al Almendares y al ecosistema que le rodea de la muerte prematura, mediante enérgicas soluciones como el cierre de las dos papeleras de la zona de Puentes Grandes, responsables del vertimiento de sustancias sumamente nocivas.
   
Entre otras acciones acometidas por la institución, destaca la reforestación de las márgenes del cauce y la plantación de bambú, así como de algarrobos, jagüeyes, laureles, palmas reales y otros árboles de gran follaje, acercando el concierto boscoso de la cuenca a sus esplendores de antaño.
   
Talleres medioambientales impartidos en escuelas, industrias y otros centros y comunidades aledañas al parque, forman parte del paquete de medidas emprendidas por la institución, decidida a revertir los desastres ocasionados por irresponsabilidades y desidias.
   
Beatriz Bianchi Calera, subdirectora técnica del GPMH, afirma que actualmente en el vasto tramo navegable del rio se registran notables incrementos en los niveles de oxígeno, que oscilan entre cuatro y cinco miligramos por litro y la presencia de unas 12 especies de peces y moluscos.
   
Asimismo, la reforestación ha propiciado el aumento de las poblaciones de aves, como el incremento de una colonia de gráciles ardillas rojas, que ya se extienden hasta los Jardines de La Tropical, La Polar, el Jardín Botánico de La Habana y el Parque Almendares.
   
El último cuatro de octubre, en el aniversario 84 de la declaración del Día Mundial de los Animales (1929), y en el 22 de la firma del Protocolo de Madrid (1991), para la protección del medio ambiente, Estado e instituciones de Cuba, junto a la población, reafirmaron su compromiso de cerrar filas con el fin de respetar y preservar los inapreciables regalos de la Naturaleza.(AIN)