Cultura

Un Gato Tuerto con la impronta de los primeros tiempos

A la luna, la noche, la penumbra, están asociados, por lo general, los felinos y en especial ese criollo Gato Tuerto habanero, espacio que liga muy bien con la bohemia, las descargas musicales, la informalidad y las artes todas.

Inaugurado el 31 de agosto de 1960 a partir de la iniciativa de Felito Ayón, carismático animador de las noches habaneras y uno de los fundadores de la famosa Bodeguita del Medio, cuenta la leyenda que su nacimiento se debe a la disputa entre dos asturianos por poseer el mejor bar en la capital cubana, el susodicho Gato Tuerto y el Bigote de Gato.
   
Con el antecedente de los famosos cabarets habaneros -Tropicana, Sans Souci, Parisién, y otros- en la década de los años 50 del pasado siglo, este sitio recoleto y sin el glamour habitual de sus congéneres, tuvo desde el principio la magia especial para atraer intelectuales, artistas y bohemios de diversos rincones del mundo.
   
Marcado en el Record Guinness por el Bolero más largo del mundo (76 horas ininterrumpidas, 498 cantantes y dos mil 175 canciones), entre el 21 y el 25 de junio de 2001), las paredes de este emblemático lugar estuvieron decoradas con obras de significativos pintores criollos.
   
En los años 60 del siglo XX, los comensales podían disfrutar de los cuadros de Amelia Peláez, Raúl Acosta León, Mariano Rodríguez, Luis Martínez Pedro, Alberto Falcón, Tomás Marai o Raúl Tapia, entre otros.
   
Este, en aquella década prodigiosa, fue cuartel general de las grandes voces del filin como Elena Burke, Omara Portuondo, Moraima Secada, César Portillo de la Luz, José Antonio Méndez, Frank Emilio, Lino Borges, Las Capellas, Vilma Valle y Doris de la Torre.
   
De algún tiempo para acá El Gato, como cariñosamente le llaman habituales y admiradores, ha renacido gracias a la dinámica e iniciativa de su actual director artístico, el comunicador Julio Acanda.
   
Este promotor, cuya gestión mucho influyó para que este año el centro mereciera la Distinción Gitana Tropical -por sus aportes a la cultura-, rescató la costumbre de las exhibiciones de artes plásticas, y ha caracterizado cada noche con tres espectáculos y grandes artistas de esta época.
   
Cada jueves allí se puede disfrutar de esa mujer show que es Juana Bacallao; o en otras veladas,  de Héctor Téllez, Natacha Díaz, Elizabeth de Gracia, Ela Calvo o Raquel Hernández, entre otros populares artistas.
 
Tesoros como la vajilla decorada por Amelia Peláez, o que fuera sitio predilecto del penta campeón mundial de Fórmula Uno, el diestro argentino del volante Juan Manuel Fangio, son algunas de las atracciones de hoy en el el Gato Tuerto para sus visitantes. Ahora, en etapa de renovación, pero enfilada a la conservación del ambiente bohemio y relajado de sus primeros tiempos.(AIN)