Nueva derrota de Estados Unidos frente al mundo civilizado
Éramos medio siglo más jóvenes cuando a esta re-verde y rebelde Isla le impusieron el cerco de hambre y muerte por su libertad, levantada sobre una infraestructura totalmente Made in USA. De no ser por los “tovarish” de Europa Oriental andaríamos todavía en taparrabos, pero de seguro tendríamos aún las lanzas y flechas del Cacique Hatuey, quien prefirió morir en la hoguera antes que doblegarse.
Bajo esas condiciones germinaron inventivas e innovaciones para no parar las industrias capitalistas o renovarlas a través del Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME), ínterin donde nacieron y crecieron los hijos de la hoy vieja generación miliciana, cuyos nietos vieron la luz después del estruendoso-silencioso derrumbe del campo socialista que, según los tanques pensantes del imperio, sería el tiro del gracia al socialismo también en la sitiada Cuba.
Otra vez desde la opción cero de apagones infinitos, se encendieron los fogones de aserrín para preparar platos virtuales insólitos en agudos tiempos reales, ausentes de carne y otras proteínas, con sebo bovino, y hasta las dolencias volvieron a aliviarse o curarse con la hechicera medicina vegetal de aborígenes y africanos.
El período especial o toque a fondo de la resistencia y la imaginación popular descarriló hasta a los mismísimos Torricelli y Helms Burton, quienes apretaron a todo poder las tuercas del asedio que -si no fuera por su esencia genocida- causaría burla por su derrotado anacronismo.
Entonces, en Miami quedaron las maletas preparadas del regreso “triunfal”, y reprimidas las ganas de revancha maniatada. La resistencia y el ejemplo de todo un pueblo con Fidel al frente, que asombró y admiró al mundo “desobediente” el cual, lejos de incorporarse al cerco, se acerca cada año en número mayor a la pequeña Isla del Caribe.
Un billón 66 mil millones de dólares es solo una referencia económica modesta para medir la magnitud del aislamiento impuesto, pero las pérdidas humanas, sufrimientos y las carencias padecidas y en vigor por la familia cubana son incalculables, porque los cubanos -en su Patria y fuera de ella, como Los Cinco confinados en cárceles federales-, son el capital más preciado.
Enemigos de la Revolución propalan con ironía que si ahora mismo Estados Unidos suspende el bloqueo ¿qué iban a hacer, de qué vivirían los cubanos? ¿Cuáles cubanos, los que lucran y han hecho un negocio del bloqueo y la contrarrevolución desde Miami?
Desde la Casa Blanca se incumplen las 20 mil visas anuales acordadas en el tratado migratorio, mas mantienen el mar expedito para que -mediante el exclusivo plan de ajuste cubano-, las “desesperadas víctimas” del bloqueo escapen de la Isla sin cómputos limitados de pies mojados, pies secos, para después culpar a Cuba por los que llegan y los que mueren en las inseguras travesías.
Tampoco hay barreras internacionales para que las administraciones de Washington, a través de las fachadas de la Central de Inteligencia Americana (CIA) y la SINA en La Habana, sufraguen los millonarios gastos de subversión de sus disidentes asalariados, cuya máxima figura es Yoani Sánchez, designada representante de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) con sede en Miami, que lleva el nombre de su fundador, el agente Jules Dubois.
El respaldo internacional manifiesto en 188 países que hoy aprobaron la Resolución de Cuba en las Naciones Unidas de poner fin al bloqueo de los Estados Unidos, advierte a Obama que esa política arcaica y violatoria de los más elementales Derechos Humanos, lejos de aislar a la pequeña nación caribeña, agrupa a su alrededor al mundo civilizado que no cree en las obsoletas doctrinas de la zanahoria, el garrote y las cañoneras.
Rolando Sarmiento Ricart/ Colaborador de Radio Cadena Agramonte.
