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Aracelio Iglesias, del puerto a la gloria

Aracelio Iglesias, del puerto a la gloriaCuba es una isla de grandes héroes. Algunos populares como Camilo y Che; otros NO tan perpetuados en nuestras mentes, pues la historia eligió para ellos el camino de la gloria en silencio. Nombres sin rostros llenos de singularidades por su forma de ver el mundo, aún cuando muchos eran semianalfabetos.

Sus destinos, la caprichosa vida, los selló en la constante lucha por la libertad de Cuba y la igualdad social, contra el opresor de su pueblo, razón por la cual jugaban horas completas a desafiar a la muerte, y lo lograron, su patria, los contempla orgullosa al tener hijos capaces de dar todo por ella.

Por lo general eran personas humildes, gente de pueblo que pudo entender que los bienes materiales “vienen y van”, pueden estar una generación y desaparecer en la siguiente a causa de siniestros sucesos; esta es, probablemente, la imagen que tengo en mi memoria de Aracelio Iglesias.

Hombre negro, comunista y líder sindical, quien con su infatigable lucha al frente del sindicato de trabajadores portuarios, arrancó a los patronos importantes conquistas.

Lo mataron porque conocían el prestigio, responsabilidad y autoridad de que gozaba entre sus compañeros. Por ese motivo, y sobre todo desde que comenzó a afectar los intereses yanquis, su vida corría peligro. Él lo supo, pero no cejó en su empeño, y hasta sus últimos segundos continuó luchando.

Su muerte física el 17 de octubre de 1948, a causa de cuatro proyectiles por la espalda, no significó la desaparición de su obra, la luz de su estrella jamás se apagó, pues lo que realmente vale en las personas son sus buenas obras. Hoy sus ideas viven más que nunca, como también vive la verdadera nobleza y nuestra Revolución. (Edel Blanco Duarte/ Radio Santa Cruz)