Girón, páginas de gloria y heroísmo
Recogen los historiadores que esa madrugada el miliciano José Ramón González Suco comunicó desde Playa Larga que se observaban luces y movimientos en el mar.
Al lugar fue enviado el Batallón 339 de Cienfuegos, que sería el primer destacamento de combatientes cubanos que chocaría con la Brigada mercenaria 2506, con unos 1500 hombres, contingente procedente de Puerto Cabezas, en Nicaragua, a bordo de buques de guerra escoltados por otras unidades navales norteamericanas.
Se daba cumplimiento así a la «Operación Pluto», acción que perseguía, después de la invasión mercenaria, establecer una cabeza de playa y constituir un gobierno provisional pro imperialista que solicitaría de inmediato la intervención de los Estados Unidos.
El desembarco se produjo por dos puntos de Bahía de Cochinos (Playa Girón y Playa Larga), escogidos por la citación geográfica y el difícil acceso desde tierra firme, con solo tres terraplenes de vías para esa zona litoral.
El primer choque se produce con los combatientes del Batallón 339 de Milicianos de Cienfuegos que se enfrascaron en un épico duelo de contención frente a un contingente bien armado y pertrechado, apoyado por la aviación mercenaria, que estaba preparada, bien entrenada y que a pesar de ser detectado, sus unidades ya se encontraban en operaciones por la zona sur de la Ciénaga.
En ese contexto el pueblo cubano se encontró en pie de guerra, hombres y mujeres de todas partes de la Isla fueron movilizados para hacer frente a la invasión mercenaria y para proteger también todos los puntos de posible acceso al territorio nacional, como medida preventiva para no ser sorprendidos ni divididos en caso de otro ataque artero.
La Revolución se ponía a prueba una vez más en esta jornada de lucha frente a las hordas mercenarias que financiadas y apopadas por el gobierno de los Estados Unidos, que como un ave de rapiña lanzaba sus garras en una acción vil y traicionera para nuevamente apoderarse de la isla y reinstaurar el régimen de explotación y miserias en que sumía a la nación cubana antes del triunfo rebelde del primero de enero de 1959.
El 17 de abril se escribieron páginas de gloria y heroísmo en las arenas de Playa Girón, fue el preludio de la decadencia y derrota total del imperialismo yanqui, firmado con la sangre de cientos de cubanos que marcharon a cumplir con el deber sagrado de defender la patria. (Hugo Betancourt Mayoral/ Radio Santa Cruz)