Llegan las pantallas elásticas

Llegan las pantallas elásticasLas pantallas flexibles se están desarrollando a una velocidad de vértigo. Investigadores de la Universidad de California en Los Ángeles, la UCLA, han ido un poco más allá y han creado un diodo orgánico de emisión de luz, un OLED que además es flexible, lo que permitiría enrollar las pantallas, hincharse y hasta encogerse, lo que abre un mundo de posibilidades para crear, por ejemplo, una piel robótica.

Si las luces LED han cambiado el mundo de la luz y la iluminación debido a su alta eficiencia, las OLED, fabricadas con materiales orgánicos electroluminiscentes, han supuesto una revolución en el mundo de las pantallas. Muchos investigadores están trabajando en las múltiples posibilidades que tiene este sistema. Una gran cantidad de dispositivos ya incorporan esta tecnología, pero las capacidades de creación de nuevos sistemas de visualización son prácticamente infinitos.

Ahora, en la UCLA han dado un giro de vuelta más a la tuerca del desarrollo de nuevas capacidades. Hasta ahora habían conseguido que este tipo de dispositivos se doblasen, creando pantallas flexibles, pero nunca llegaban a estirarse. Gracias al nuevo desarrollo del profesor Qibing Pei y su equipo de la universidad estadounidense sí que se podrán estirar y encoger las pantallas con tecnología OLED.
Un sandwich flexible y elástico

Para conseguir esta nueva cualidad en dispositivos hasta el momento rígido, los investigadores utilizaron un polímero líquido que se convierte en un sólido elástico cuando se expone a cierto tipo de luz. De este modo, irrigándolo por toda la red de nanotubos de carbono se adhiere a la misma consiguiendo ser elástico. Posteriormente, juntando dos capas de electrodo de nanotubos de carbono de este tipo que emiten luz cuando les recorre corriente, como si fuera un sándwich, se construye la lámina flexible. Este dispositivo puede llegar a estirarse hasta un 45 por ciento su tamaño sin perder su capacidad de luminiscencia.

Gracias a este tipo de innovaciones no resulta difícil pensar que en el futuro se construyan pieles robóticas que funcionen como pantallas táctiles, o aparatos que se adapten mejor a nuevas funcionalidades que requieran más elasticidad.