La paz no tuvo fronteras en La Habana
Este 20 de septiembre, los cubanos recordamos, como lo podrán hacer millones de seres humanos, el Segundo Concierto por la Paz, celebrado en La Habana en el 2009, hace ya dos años. Un evento cultural heterogéneo, con la participación de artistas de varios países, sin que forzosamente coincidieran credos o ideologías, solo movidos por el sentimiento humanitario de unidad de los hombres y mujeres del mundo por un futuro mejor, por alcanzar una convivencia pacífica mayor, un entendimiento entre los pueblos, y un llamado al hombre a preservar el mundo y a condenar la guerra, el hambre, y las desgracias humanas.
El concierto Paz sin Fronteras, promovido por el cantante colombiano Juanes, multilaureado con 17 premios Grammys Latinos, fue un acontecimiento que rompió barreras y acalló a quienes, escépticos y malintencionados, enemigos de la nación caribeña, pronosticaron una negativa del gobierno cubano de permitir la celebración del evento cultural.
¡Y se hizo el concierto! Más de un millón de cubanos se dieron cita en la Plaza de la Revolución José Martí para compartir inolvidables momentos y disfrutar de la música de artistas de la talla de Olga Tañón, de Miguel Bosé, Luis Eduardo Aute, de los cubanos Silvio Rodríguez, Carlos Valera, los grupos Van Van, Orishas y del propio Juanes.
¡Cuántas emociones, cuantas exclamaciones de amor y agradecimiento por parte de quienes desafiando amenazas, ruptura de contratos, se presentaron en nuestra patria para lanzar ese mensaje de paz, sin fronteras, sin límites de ideologías, mas allá de los intereses financieros y de las ambiciones personales, solo con el propósito de recordar que somos la raza humana, merecedores de convivir en armonía, poniendo por delante la necesidad de encontrar una vía que evite enfrentamientos, que elimine rivalidades, y permita conservar la vida del hombre y su planeta.
El concierto Paz sin fronteras fue un hecho cultural y humanista que hizo, una vez más, concentrar toda la atención del mundo en nuestra Cuba, y demostró que la buena voluntad de un grupo de artistas de renombre también es un medio de convocar a los gobiernos, a quienes dirigen el mundo, de que es hora de que los pueblos cambien, y renueven el pensamiento y la voluntad, y trabajen por el bien de todos, poniendo miras en el futuro de la humanidad. (Hugo Betancourt Mayoral/ Radio Santa Cruz)