¿Bastarán 10 años para preservar la biodiversidad?
Nueva iniciativa: la presentación en Cuba de los objetivos para América Latina de la Década de la Organización de Naciones Unidas sobre Biodiversidad, vinculados a los del decenio de este organismo mundial para los Desiertos y la Lucha contra la Desertificación.
Su presentación ocurrió este lunes en la sesión inaugural de la VIII Convención Internacional sobre Medio Ambiente y Desarrollo, que reúne hasta el viernes, en el Palacio de las Convenciones de La Habana, a representantes de 30 países.
La Convención sobre el particular la aprobaron en París en 1994 y entró en vigor dos años después tras recibir la ratificación número 50, y para el caso latinoamericano y caribeño es trascendente por la galopante deforestación que amenaza la Amazonia.
El hecho adquiere características alarmantes si se tiene en cuenta que solo la selva de esa zona ocupa la mitad de la diversidad biológica del planeta, según estadísticas del Programa de ONU para el Medio Ambiente (PNUMA).
Ejemplo elocuente lo puso Ricardo Sánchez Sosa, director de la Oficina Regional para América Latina y El Caribe del PNUMA cuando- en reciente reunión en Ciudad de México- confirmó la existencia en la zona de un proceso intenso de deforestación.
Sólo en 2003 se perdieron 2,5 millones de hectáreas en la Amazonia. En México desaparecen más de 700 mil hectáreas de bosques por año; Centroamérica tiene la principal tasa de deforestación del planeta; y los países andinos pierden 300 mil hectáreas de bosques anualmente", detalló.
Según el funcionario, "todo esto significa una intensificación de procesos de deforestación en los últimos años: en los 90 totalizaron más de 46 millones de hectáreas de reducción de bosques", en los 33 países de región.
Esta última produce el 4,3 por ciento de las emisiones globales totales de bióxido de carbono por procesos industriales, pero es responsable del 48,3 por ciento de las expulsiones a la atmósfera causadas por cambio de uso del suelo en la transformación de bosques para la agricultura.
Sin embargo, Sánchez Sosa reconoció que la masa boscosa creció solo en Uruguay, Costa Rica y Cuba, "tres países pequeños con importantes programas ambientales; pero en todos los demás continúa la tendencia a disminuir su cubierta forestal".
En la práctica, se ha demostrado que la contaminación ambiental aumenta por efectos de las crisis financiera, alimentaria, social y ambiental y las agresiones militares, promovidas por el modelo económico global muy lesivo a la naturaleza, en opinión de Gisela Alonso Domínguez, presidenta de la Agencia de Medio Ambiente de Cuba.
No obstante, el entorno cubano comenzó a pasar del uso irracional de los recursos antes de 1959, a su utilización adecuada después, a partir de proveer al país de miles de científicos e ingenieros, en respuesta a planes de desarrollo económico y social.
En la actualidad, más de la cuarta parte del territorio nacional está cubierto por áreas boscosas y sus prioridades están dirigidas a estudios de peligro, vulnerabilidad y riesgo frente a eventos naturales extremos, perfeccionamiento del sistema de alerta temprana y fuentes renovables de energía.
Sus investigadores centran la atención también en el manejo integrado de agua y suelos, conservación de la biodiversidad, incluidas cuencas, zonas costeras y montañosas, reutilización de residuales agrícolas e industriales y proyectos de innovación tecnológica para la reducción de la contaminación. (Por Lino Lubén Pérez, AIN).