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Joven naturalista cubana trabaja por conocimiento del vencejo

Joven naturalista cubana trabaja por conocimiento del vencejo Cienfuegos, Cuba, 23 jun. – A favor del conocimiento popular del vencejo de collar, avecilla que constituye un raro residente permanente en el ecosistema del centro-sur de la Isla, trabaja hoy la joven naturalista Rosalina Montes.

Por su carácter de insectívoro se trata de un controlador biológico, sobre todo de plagas como el comején en entornos de marcada población forestal, explicó Montes en declaraciones a Prensa Latina.

Como parte de su tesis doctoral en ecología, la investigadora trabaja desde 2003 en el estudio de la especie, de manera especial en lo referido a su biología reproductiva, mientras trata de que los habitantes de ese entorno la conozcan, pues muchos aún confunden al vencejo con la golondrina.

Propone además que quienes manejan los recursos forestales de montaña y los vacacionistas empleen este hábitat natural, pero sin someterlo a una sobreexplotación y en el caso de los segundos no contribuyan con los desechos de sus excursiones a la propagación de depredadores como puede ser la rata.

Las colonias de vencejo de collar estudiadas por Montes se localizan en cuevas frías en torno a la población de Topes de Collantes, polo dedicado al turismo de salud en medio del macizo montañoso de Guamuahaya, área compartida por las tres provincias centrales de la Isla: Cienfuegos, Sancti Spíritus y Villa Clara.

De las cuatro especies conocidas en Cuba es la de mayor talla, pues alcanza entre 18-20 centímetros de longitud, cuenta con alas extremadamente largas y aerodinámicas y se distingue, además de su alta velocidad de vuelo, por lucir una mancha blanca en el plumaje de la garganta y otra en la espalda, precisa la naturalista.

En el siglo XIX el naturalista alemán aposentado en la mayor de las Antillas Juan Cristóbal Gundlach (1810-1896), en su obra Ornitología cubana (1876) lo describe cerca de las ciudades de Cienfuegos y Trinidad (centro-sur), y Bayamo, así como las montañas de la Gran Piedra y Guantánamo-Baracoa (extremo oriente), pero nunca en Occidente.

Interrogada sobre los movimientos migratorios del vencejo de collar, la científica señaló que pudieran migrar, pero están presentes en Cuba todo el año sin fluctuaciones en las poblaciones, por lo cual se le confiere el status de residente permanente, raro de encontrar, precisa.

Acerca del vencejito de palma, explica que además de endémico resulta muy común en todo el territorio nacional, con predilección por las palmáceas decorativas en parques y avenidas y las casas de campo techadas con guano como hábitat.

El vencejo negro y el de chimenea cuentan hasta la fecha con solo tres reportes de existencia entre los dos, comenta Montes.(PL)