Dos titanes de la historia

Dos titanes de la historia“Hay hombres que luchan un día, y son buenos, hay otros que luchan un año, y son muy buenos, hay hombres que luchan muchos años, y son mejores, y hay hombres que luchan toda la vida, y esos, esos son los imprescindibles”. Quizás este pensamiento del dramaturgo y pensador alemán Bertolt Brecht se ajusta a dos grandes figuras de la historia nacional y de Latinoamérica,  Antonio Maceo y Ernesto Che Guevara, al conmemorarse los  aniversarios 165 y 82 de sus natalicios, respectivamente.

Generaciones de cubanos recuerdan el legado que ambos próceres dejaron, unidos por el azar de la fecha de nacimiento, y por la razón de ser de sus vidas, luchar por la independencia de la patria y de otras tierras hermanas, por el pensamiento político, el valor y las ideas revolucionarias avanzadas.
  
Muchas son las anécdotas, pasajes personales, momentos trascendentales en la vida de estas dos grandes figuras de la historia. En Maceo destacan la Protesta de Baraguá, la Invasión de Oriente a Occidente, y los cientos de enfrentamientos contra el ejército español, donde recibió una veintena de heridas.
 
Y en la del Che significativos resultan, tanto su recorrido por Sudamérica, como luego expedicionario del Yate Granma, combatiente internacionalista en África, y una de las más notables figuras antes y después del triunfo de la Revolución Cubana.

En estos tiempos de un mundo convulso y tormentoso, donde la amenaza de las potencias militares como Estados Unidos e Israel se cierne sobre pacíficos pueblos como Afganistán, Iraq, Palestina, y la ambición y el odio forman parte de la política de esas naciones guerreristas, se recuerdan con mayor fuerza las ideas del Titán de Bronce y el Guerrillero Heroico, de no dar tregua al enemigo, de luchar por la libertad al precio que sea necesario.

El ejemplo de Maceo y Che para los cubanos de hoy representa una de las premisas fundamentales de nuestros más  puros ideales de patriotismo, solidaridad, altruismo, de convicción en nuestras mejores tradiciones combativas y revolucionarias, porque ellos representan lo más puro y digno del hombre, y búsqueda de la dignidad plena, y de amor por la patria y los pueblos del mundo.(Hugo Betancourt Mayoral/ Radio Santa Cruz)