¡A la manigua, pero libres!

¡A la manigua, pero libres!A pocos meses de iniciada la contienda bélica independentista, se produce uno de los hechos heroicos más trascendentales protagonizado por el pueblo cubano, en demostración de patriotismo y rebeldía  frente al yugo colonialista español.

Los actores son los pobladores de una pequeña villa, quienes ante la inminente llegada de las fuerzas españolas, y la impotencia para hacerle  frente al enemigo, prefirieron incendiarla antes que entregarla de nuevo a los representantes de la metrópoli.

San Salvador de Bayamo, la segunda villa fundada por el conquistador español Diego Velásquez, ya tenía por esa época  una relativa importancia como centro urbano de la zona oriental en la isla.   

Al estallar la lucha independentista del 10 de octubre de 1868, iniciada por Carlos Manuel de Céspedes, uno de sus hijos más prominentes, Bayamo se convierte en Capital de la República en Armas.

Fue allí donde se compuso y cantó, al fragor de la batalla, el Himno Nacional el 20 de octubre de 1868, fecha en que las tropas libertadoras de Céspedes tomaron la ciudad y el pueblo entonó alborozado la marcha escrita por otro gran patriota bayamés, Perucho Figueredo.

Imponente escena nos viene a la imaginación: todas las familias recogiendo apuradas unas pocas pertenencias y marchando unidas hacia la manigua redentora, donde obviamente no tendrían ni un mínimo de comodidades, pero seguirían siendo libres.

Hermoso cuadro de unidad, de generosidad y valentía en aras de una causa vital: ser soberanos o subyugados.

Decepción para los españoles, acostumbrados a hacer y deshacer a su antojo. La mayoría de los que venían a ocuparla no entendería el porqué de la auto inmolación. Me gusta pensar que fue motivo para que otros se replantearan su misión en estas tierras.

Han transcurrido 140 años del histórico acontecimiento, y el ejemplo de heroísmo y sacrificio  legado por los bayameses de aquellas generaciones que nos precedieron, se hace cada día más patente para todos los cubanos.  

Con ese ejemplo, recordamos el pensamiento del apóstol cuando expresó: “¡Lo que importa es fundar un pueblo libre, sin enojarse con las zarzas del camino!"

Hoy los hijos de esta tierra santacruceña, inspirados en las acciones de aquellos bayameses, si llegara un momento crucial y tuviéramos que decidir, estamos dispuestos a inmolar nuestras casas antes que entregarlas al enemigo.

Erguidos sobre nuestras ruinas, levaremos anclas y enrumbaremos la proa hacia la construcción de un provenir luminoso, lleno  de esperanzas, donde niños, jóvenes y adultos trabajemos por nuestra recuperación, para poder proclamar orgullosos las palabras del Maestro: “Venturosos los pueblos que tienen aún, sobre sus variados dolores personales, hazañas que cantar”. (Hugo Betancourt Mayoral/ Radio Santa Cruz).