Colombianos esperan amaine de crisis institucional
Bogotá, 29 ago – En medios sociales y políticos colombianos se espera que amaine la tormenta que enfrenta a los poderes ejecutivo y legislativo y a gobierno y oposición, convertida en una de las más fuertes crisis de los últimos tiempos.Las opiniones al respecto abarcan una amplia gama, aunque la mayoría coincide, incluso los partidarios del presidente Alvaro Uribe, en que el mandatario debe suavizar sus expresiones hacia la Justicia y la oposición.
Por ello, la mayoría de las fuerzas políticas acogieron un llamado del vicepresidente, Francisco Santos, para calmar los ánimos, aunque con escepticismo en cuanto a la actitud que pueda asumir el presidente de la República.
Santos llamó a gobierno y oposición a "izar bandera blanca", pues de lo contrario el país puede desembocar en una nueva época de enfrentamientos sangrientos entre partidos.
La crisis se ha caracterizado por choques cada vez más agudos entre el presidente Alvaro Uribe y la Corte Suprema, pero también con la Fiscalía, periodistas y personalidades de los partidos Liberal y Polo Democrático Alternativo.
El senador Carlos Ferro, del oficialista Partido de la U, dijo estar de acuerdo con la exhortación porque el país necesita sensatez y tranquilidad para enfrentar los problemas nacionales y que espera una respuesta positiva de Uribe.
En cambio, Héctor Helí Rojas, del Liberal, advirtió que aunque el propósito de Santos es loable, "el que manda, aunque mande mal" es Alvaro Uribe.
Por su parte, el vocero del Partido Conservador, Alirio Villamizar, propuso que el mandatario, como muestra de buena voluntad, convoque a un encuentro de poderes y a todas las fuerzas políticas para lograr consenso a favor de la concordia.
Carlos Gaviria, presidente del Polo Democrático, declaró a la emisora Caracol que el llamado de Santos es sensato y calificó de espectáculo deprimente y peligroso para el Estado la confrontación del gobierno con la Justicia.
En tanto, el ex fiscal general Alfonso Gómez aclaró que el tema básico es el respeto que debe tener Uribe a la autonomía de los poderes legislativo y judicial.
Analistas coinciden en que la actitud asumida por el presidente a partir del lunes con sus acusaciones en todas direcciones, busca desviar la atención del escándalo provocado por la revelación de sospechosas reuniones con paramilitares.
Los encuentros se realizaron hace seis meses en la casa de Nariño entre emisarios del ex jefe paramilitar Diego León Murillo y los asesores Jurídico y de Prensa de la Presidencia.
Según el mandatario, en esas reuniones se presentaron pruebas sobre supuestos manejos turbios de la Corte Suprema para intentar vincular a su gobierno con el paramilitarismo, aunque nunca hasta ahora lo denunció.
La versión de la Corte es radicalmente opuesta, al calificar tales citas como una conspiración para deslegitimar su actuación en los procesos por la llamada parapolítica, que involucra a decenas de políticos afines a Uribe.(PL)