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¿Lagos o manglares?

¿Lagos o manglares?Los manglares de Cuba cubren más de las dos terceras partes de sus costas de su archipiélago, por lo que reciben la acción directa de las aguas de mar.
   
Formados sobre suelos arcillosos, mediante un proceso de sedimentación, tienen una superficie de cinco mil 321 kilómetros cuadrados, equivalentes al 4,8 por ciento del  territorio total del país, y un 26 por ciento del área de sus bosques.
   
Por tanto, son formaciones costeras presentes en casi un 70 por ciento de las costas cubanas, razón por la cual desempeñan un rol importante en su protección y, de hecho, constituyen centros de reproducción de especies marinas.
   
Pueden localizarse en zonas de ciénagas o con intercambio de agua dulce, en un sistema que interactúa con la fauna tanto autóctona como la migratoria, como es el caso de los manglares de la Ciénaga de Zapata o el Humedal Biramas, con una rica avifauna endémica y migratoria.
   
Cuando reciben aportes considerables de agua dulce, llegan a alcanzar de 20 a 25 metros de altura y una considerable densidad. Las raíces sumergidas de los mangles sirven de hogar a  especies de moluscos y peces.
   
Ese ecosistema protege las costas de la erosión provocada por el mar y el viento, pero también es un excelente filtro de contaminantes que llegan a las costas arrastrados por el mar.
   
De ese momo, tale sustancias nocivas no llegan a los arrecifes coralinos existentes en la nación.
   
Desde hace años, es aplicada en la Isla una política para    
protección de los manglares, localizados específicamente en el área costera del Parque Nacional Alejandro de Humboldt, declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad.
   
Las acción conservacionistas tienen que ver con la reforestación y el entrenamiento de la población local, sobre todo en las provincias de Guantánamo y Holguín, comprendidas en el citado parque.
   
Alejandro de Humboldt abarca zonas que son hábitat de muchas especies de la fauna migratoria del Caribe, pero también sirven de abrigo y alimento a muchas marinas, principalmente langostas y camarones.
   
Pero las bondades de los manglares aún no se terminan, son excelentes barreras en contra de la salinización de las tierras. Por ello, la educación de la población en esos lugares es fundamental para así evitar su utilización en la producción de carbón o extracción de sus raíces con fines medicinales.