Entre explosiones nació sistema de vigilancia de los cubanos
La Habana, 13 dic .- La multitud congregada frente al antiguo Palacio Presidencial escucha atentamente, mientras su líder relata lo acontecido durante su estancia en la sede de la ONU. De repente, suena una explosión, luego otra y otras más.
Casi al unísono, la multitud presente en el acto público responde a la agresión con gritos de ¡Viva la Revolución! y entona las notas del Himno Nacional.
Fidel Castro, entonces primer ministro de Cuba, señala: “Vamos a establecer un sistema de vigilancia colectiva. Están jugando con el pueblo y no saben todavía quién es el pueblo; están jugando con el pueblo y no saben la tremenda fuerza revolucionaria que hay en el pueblo”.
Esa misma noche del 28 de septiembre de 1960, al terminar el líder revolucionario su discurso, nacen los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), organización que desde sus inicios constituye la más enérgica respuesta del pueblo cubano al terrorismo de estado desatado por el gobierno de Estados Unidos, la CIA y el Pentágono.
Pero la vigilancia popular no ha sido la única misión de los CDR. Agrupados por cuadras, zonas, municipios y provincias sin distinguir sexo, raza o religión, los cederistas también fueron protagonistas de varias campañas desarrolladas por la naciente Revolución como la alfabetización y la vacunación masivas.
En la actualidad esta organización agrupa a casi ocho millones de cubanos mayores de 14 años, quienes también tienen un rol importantísimo en la batalla por la erradicación de vectores transmisores de enfermedades, la limpieza y el embellecimiento de escuelas y locales sociales de la comunidad.
De los brazos cederistas sale a menudo la sangre capaz de salvar una vida. Más de medio millón de donaciones voluntarias cada año es tal vez la misión más humana que, de sus inicios, realiza esta organización de masas.
A toda esta labor se suman otras acciones: recogida de materias primas, atención a la niñez y a los ancianos, realización de trabajos voluntarios en la comunidad y apoyo a los procesos electorales del Poder Popular.
La convivencia social se organiza de esta manera, y más que las misiones en sí mismas, los vecinos han desarrollado la ideología de la solidaridad cotidiana.
Es por eso que el auxilio para la solución de pequeños problemas hogareños ha dado paso al gesto de ofrecer protección a la vida, con su máxima expresión en los recientes desastres climáticos.
Cuando Cuba fue azotada por los huracanes Gustav y Ike, unas 980 mil personas se evacuaron a casas de familiares y vecinos, y son múltiples las historias de que esto ocurrió en medio de la tormenta, ante el peligro de derrumbe. Posteriormente, todos se lanzaron a resarcir los daños, sin tener en cuenta límites de propiedad.
Es en el barrio donde conviven científicos, intelectuales, obreros y campesinos. De su masa heterogénea emerge el diputado, el alcalde, el ministro y hasta el propio presidente de la República, porque en Cuba el CDR es la organización del pueblo.(PL)