Cuba rechaza presiones en las relaciones internacionales
La Habana, 11 mar.- La Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba rechazó la imposición, la intolerancia y la presión como normas en las relaciones internacionales.
Declaración de la Asamblea Nacional del Poder Popular
En una declaración divulgada en esta capital, el ente legislativo criticó la postura del Parlamento Europeo -que en medio de una campaña mediática- aprobó una resolución de condena contra la mayor de las Antillas.
Ese texto "manipula sentimientos, tergiversa hechos, esgrime mentiras y oculta realidades", subraya el documento.
El pretexto utilizado fue la muerte de un recluso, sancionado primero por delito común y luego manipulado por intereses norteamericanos y la contrarrevolución interna, quien por voluntad propia se negó a ingerir alimentos a pesar de las advertencias y la intervención de los especialistas médicos cubanos.
Este hecho lamentable -prosigue la declaración- no puede ser utilizado para condenar a Cuba aduciendo que pudo haber evitado una muerte.
Si en un campo nuestro país no tiene que defenderse con palabras, pues la realidad es irrefutable, es en el de la lucha por la vida de los seres humanos, ya sean nacidos en Cuba o en otros países, agrega.
Un solo ejemplo es la presencia de los médicos cubanos en Haití, desde 11 años antes del terremoto de enero último, silenciada por la prensa hegemónica, señala el texto.
La Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba calificó la condena de cínica y recuerda que por las decisiones de los países ricos -representados en el Parlamento Europeo- se perdieron vidas de niños en naciones pobres.
"Todos sabían que era una sentencia de muerte masiva, pero optaron por preservar los niveles de derroche y ostentación de un consumismo a la larga suicida", puntualiza el documento.
Ellos no tienen moral para darle lecciones a Cuba en momentos en que Europa se reprime a inmigrantes y desempleados, además de participar o permitir el contrabando aéreo de detenidos, el establecimiento de cárceles ilegales y la práctica de torturas.
Ni esta condena discriminatoria, ni la Ley Helms Burton, ni la Posición Común europea, tienen el más mínimo futuro, pues "rechazamos la imposición, la intolerancia y la presión como norma en las relaciones internacionales", enfatiza el escrito. (PL)