Ciencia y Saludciencia_tecnologia

¿Por qué rehabilitarse tras sufrir una isquemia cerebral? (+ Fotos)

Hace poco más de dos años, tras sobrevivir a una isquemia cerebral que le arrebató por completo la movilidad del lado izquierdo de su cuerpo, la cubana Carmen Quiala Ramos llegó en silla de ruedas a la sala de rehabilitación del policlínico universitario René Vallejo Ortiz, en la ciudad de Bayamo.
Cuatro días antes, esta vecina del Consejo Popular Molino Rojo, en la capital de la provincia de Granma, había sido diagnosticada en el hospital general Carlos Manuel de Céspedes, y ahora se enfrentaba a un largo tratamiento para recuperar, tanto como fuera posible, las funciones y vitalidad perdidas.

No podía caminar, si me viraba me caía de la cama, tenía “muertos” el brazo y la pierna, aseguró en diálogo con la ACN la mujer de 58 años de edad, mientras la expresión del rostro reflejaba el recuerdo de uno de los peores pasajes de su vida.
Así, con la esperanza de volver a ser independiente, Quiala Ramos acudió al “René Vallejo”, donde ha recibido diversas técnicas de fisioterapia que continúan hasta hoy.

Eyder Mendoza Labrada, especialista encargado de atender a Carmen, explicó que la isquemia cerebral es la reducción transitoria o permanente del flujo sanguíneo en la circulación del cerebro humano, hasta niveles insuficientes para mantener el metabolismo necesario en la normal función de ese órgano.

0711-Carmen-Quiala-Ramos.gif

Se trata de un padecimiento neurológico,  cuyas secuelas no pueden revertirse con medicamentos, por cuanto la recuperación de los pacientes depende en gran medida de la rehabilitación.

Según el área cerebral afectada -dijo- existen muchas consecuencias negativas, entre ellas la pérdida total o parcial de los movimientos del hemicuerpo (mitad del cuerpo), la verticalidad, el habla, la visión y otras funciones, tanto motoras como sensitivas.

El rescate de habilidades debe comenzar entre las 24 y 48 horas posteriores al ataque isquémico, porque es un tratamiento prolongado, cuya mayor efectividad se alcanza en el primer trimestre, advirtió el Licenciado en Cultura Física y máster en Medicina Bioenergética.

Más allá del centro de salud en el cual se aplican las rutinas fundamentales, resulta importante que los familiares se involucren en el proceso y contribuyan a la realización de algunas actividades en el hogar.

Por ejemplo, remarcó la necesidad de cambiar la postura del paciente, cada dos o tres horas, mientras está en la casa, e impedirle  el uso de aparatos ortopédicos auxiliares como bastones, andadores o muletas.

También constituye algo muy beneficioso conseguir que el pie afectado se mantenga formando un ángulo de 90 grados con la pierna, evitar tanto la sobreprotección como el abandono, y garantizar asistencia sistemática a la rehabilitación, subrayó.

Aunque no ha desterrado del todo las dificultades y aún requiere ayuda, Carmen obedeció al pie de la letra las indicaciones de su fisioterapeuta, gracias a lo cual volvió a caminar de forma desenfadada y logró mover ambos brazos.

Ya sin ataduras a una silla de ruedas, hoy anda con pies propios y, aunque no pudo reincorporarse a su trabajo como auxiliar de limpieza, continúa recuperando trozos de esa añorada independencia personal, muy contenta y agradecida por haber nacido en Cuba.

Ejemplos como el suyo evidencian los avances de la Isla en el desarrollo de instituciones y la formación de personal médico especializado para atender a las personas aquejadas por discapacidades permanentes o transitorias.

El acceso a tratamientos que les proporcionen habilidades funcionales o niveles óptimos de independencia física, se abre para todos, de manera gratuita, a pesar de ser muy costoso en el mundo, fundamentalmente debido al prolongado tiempo de recuperación.