Patrióticos relatos de santacruceña patentizan la firmeza de su ideal revolucionario

Santa Cruz del Sur, 13 nov.- En medio de diversos cultivos y cafetales plantados por Román Ramírez Lago en una finca ubicada entre los lomeríos del intrincado sitio El Naranjo, en las inmediaciones de la Sierra Maestra, nacieron seis infantes, dos de ellos varones. El matrimonio del campesino con Encarnación Martínez Castillo, la madre de sus hijos, tuvo análogo ¨verdor¨ al de las fastuosas elevaciones orientales.

¨A los nueve años ya estaba pegada al fogón. En cuanto terminaba el desayuno se lo llevaba a papá para el campo. Antes de las 12 del día ya tenía el almuerzo hecho, también el viejo se lo comía calentico donde se encontrara trabajando. Mis hermanos y yo siempre hemos sido gente muy trabajadora¨, expresó fehaciente Nieves Ramírez Martínez, la menor de las hembras.

Del guajiro Román aprendió la prole a ayudar en secreto al Ejército Rebelde. ¨Por los cafetales cercanos, comentó, se quedaba en ocasiones Braulio  Coroneaux y los barbudos bajo su mando. Mamá les cocinaba a cada rato. Él le decía a la vieja que si oía un tiro, se metieran todos debajo de la cama, pues seguro había combate. Por suerte no ocurrió nunca¨.

En la modesta vivienda de los Ramírez Martínez nadie mostraba  nerviosismo cuando los casquitos les preguntaban si conocían a los Mau Mau. ¨Al bohío nuestro llegaban esos sanguinarios a tomar agua. No  les resultábamos sospechosos al parecer. Sino… ya usted sabe¨.

La tiendecita propiedad de Román daba pocas ganancias. La parte  mayoritaria de los ingresos y alimentos iba para la Comandancia General de los rebeldes en La Plata. ¨En mulos, explicó Nieves, llevaba mi papá alimentos, ropas, calzados, mensajes para Fidel¨.

AL Comandante Ernesto Guevara de la Serna lo conoció  personalmente la entrevistada. ¨El Che era el médico de los pobres. En una ocasión llevamos a Evaristo, el varoncito mayor, a La Plata para que el guerrillero lo atendiera.

Se mantenía sin apetito. Pensamos se moriría. Luego del Che  reconocerlo le mandó unas inyecciones. No pagamos nada por ese servicio. Mi hermana Gloria y yo nos turnábamos para inyectarlo. Se recuperó  enseguida. Había estado embuchado¨.

A escondidas, tomando las precauciones indispensables, en esta morada de El Naranjo se sintonizaba Radio Rebelde. ¨El viejo tenía un radio de pilas. Nos manteníamos informados. La verdad prevalecía en las informaciones. El Comandante en Jefe era reacio a mentir¨.

¨Cuando Batista huyo, evocó la anciana, enseguida por la emisora de los barbudos dieron la noticia. Mamá estaba lavando la ropa en un arroyo cercano, fui disparada a decírselo. Cuba quedaba libre de asesinos. Cuba a partir de ese instante era sólo de los cubanos¨.