Concierto Paz sin Fronteras: un antes y después de un sueño hecho realidad

Concierto Paz sin Fronteras: un antes y después de un sueño hecho realidad Camagüey. 20 sep.- Lo dijo bien claro Juan Formell, director del “tren de la música cubana”, Los Van Van: “duélale a quien le duela ya se hizo realidad el concierto por la paz” y desgranó esa música que sólo ellos saben hacer y que, en los finales,  reunió en el escenario de la Plaza de la Revolución a la inmensa mayoría del elenco participante en un hecho cultural que trascendió fronteras por su canto a la paz, la sinceridad, la transparencia.

No hicieron falta muchos recursos, más allá de los imprescindibles técnicamente porque el fundamental estaba garantizado: los 14 artistas convocados por Juanes pusieron su amor, su deseo de un mundo con paz e igualdad y estuvieron disfrutando la entrega a un pueblo que ama, sonríe, canta y respeta a quienes desafían las adversidades para regalarles un concierto; regalo al que respondieron con alegría y respaldo.

Alrededor de un millón de personas vistieron de blanco y la pureza que representa ese color,  acompañó el sentimiento de artistas y público quienes establecieron “una química” cuya fórmula es sencilla: dar y recibir. Dar arte y amor; recibir amor y respeto con resultado similar: un canto a la paz sin fronteras.

No pude estar físicamente en la Plaza de todos los cubanos, pero sentí que estuve presente. Vibré con cada interpretación, recordé tiempos muy hermosos con Silvio, Valera, Aute, Miguel Bosé, con Los Van Van de mi preferencia.   

No pude evitar mover los pies y contagiar un poco a mis compañeros de cobertura con  el ritmo de Olga Tañón  a quien correspondió abrir “el fuego” de música  y amor que nació como un idea posible en junio pasado y que se hizo hermosa realidad hace apenas unos instantes.

¡Y qué decir  cuando Juanes, con ese estilo suyo irrumpió en la escena para dejar escuchar su guitarra y su voz con es manera que tanto gusta a los jóvenes.  A los cubanos más nuevos dedicó, especialmente,  una de sus creaciones.    

Tienen  razón quienes lo auguraron: hay que hablar de un antes y un después de este segundo concierto paz sin fronteras.  Ya el mundo no será el mismo; ya muchos seres humanos estarán seguros de que es posible, cantar, bailar, reír  y soñar. Soñar con la paz, una paz que trasciende fronteras. (Tomado de Radio Cadena Agramonte).