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Camagüey y su agricultura: buen futuro con mucho trabajo

Camagüey y su agricultura: buen futuro con mucho trabajoA la agricultura viandera en la provincia de Camagüey habitualmente le señalan varios problemas, que con la reiteración y el tiempo cada vez lucen más como justificaciones.
   
Desde 1976, con la División Político Administrativa, el territorio tuvo que emprender el avance de la agricultura, y en los años ’80 del pasado siglo llegó a alcanzar producciones notables, con un baluarte en el valle de Cubitas.
   
Pero durante el Período Especial decayó con rapidez y por más que se ha tratado no logra una recuperación definitiva y duradera.
   
Es cierto que el nivel de regadío de Camagüey para la agricultura viandera resulta el más bajo del país, y los equipos utilizados tienen muchos años de explotación, con lógicas mermas en la eficiencia.
   
Aparentemente esta constituye la limitante principal, a lo cual se suma el no disponer de combustible para la maquinaria en las cantidades necesarias y en el momento requerido y prolongados períodos de ausencia de lluvias suficientes, además de pérdida de áreas de cultivo para dar paso a malezas.
    
Sin embargo, en la celebración provincial por el 26 de Julio, Julio César García, primer secretario en Camagüey del Partido Comunista de Cuba, fue enfático en esto:
   
“Quienes no quieren hacer las cosas, tienen las justificaciones de la falta de maquinaria, riego, el combustible, etcétera. Quienes queremos hacer, contamos con la exigencia y la conciencia de que, utilizando bien la tierra y explotando adecuadamente los medios, podemos producir más comida para el pueblo.”
   
Está claro que el problema fundamental se localiza en las viandas, sobre todo en plátano, yuca, boniato, ñame y malanga, y resulta el llamado a demandar de mucho más trabajo.
   
Otros renglones alcanzan ya en este momento registros alentadores y en perspectiva se ven con seguridad y estabilidad hacia el crecimiento como las hortalizas del programa de la agricultura urbana, la avicultura, recuperada con celeridad tras los severos daños de los huracanes en el 2008, y la rama porcina, con aumentos sostenidos en los últimos años
   
Emblemática de Camagüey, la ganadería aumenta la entrega de leche a la industria procesadora, que este año debe llegar a 90 millones de litros, y hace envíos a otras provincias.
   
La cosecha de arroz se vislumbra con incrementos importantes. En el 2009 espera alcanzar 31 mil toneladas del grano molinado, y desde el 2010 autoabastecer a la provincia (37 mil toneladas anuales) y brindar un extra para la economía nacional, afirmó Idelino Alvarez, director del complejo agroindustrial Ruta Invasora.
   
Los programas del agro urbano, la ganadería y el arroz son los que tienen un futuro más claro y seguro, y ello radica en que se acercan a la sostenibilidad en cuanto a recursos y cuentan con una fuerza de trabajo laboriosa y estable, opina el campesino Nicomedes Pérez, uno de los productores camagüeyanos
destacados.
    
Hay dos razones relevantes para mirar con optimismo el futuro agrícola de Camagüey, y para solucionar su lado flaco, las viandas, acciones que el agrario considera debieron comenzarse desde años antes.
   
Por un lado, la entrega en usufructo de áreas estatales ociosas mayormente a nuevos productores ya suma más de 138 mil hectáreas, y por otro el fomento, con métodos sostenibles, de la agricultura suburbana en los alrededores de la ciudad agramontina, en una superficie superior a las 50 mil hectáreas para el cultivo de viandas y hortalizas.
   
Esa experiencia en desarrollo hasta el 2015 y con posibilidades de extenderla a otras urbes cubanas, se vislumbra como la garante para abastecer a la capital provincial, de unos 300 mil  habitantes, según valoró Rodolfo Rodríguez, delegado del Ministerio de la Agricultura.
   
Como puede observarse, Camagüey posee condiciones de resolver el asunto del suministro estable y creciente de alimentos agropecuarios a su población.
   
Eso sí, hay que trabajar mucho, con organización, interés y conciencia de que es necesario solucionar de una vez la alimentación del pueblo, a partir de lo que dé la tierra.