La memoria de la piel
Es necesario cuidar la piel de los rayos del sol, sobre todo, en los meses de intenso verano, para evitar foto envejecimiento, lesiones oculares, quemaduras y alteraciones que pueden derivar en un cáncer de piel.
Según explicó a Radio COCO Mónica Álvarez, doctora, profesora consultante de la Facultad de Medicina de la Universidad Médica de La Habana y jefa de los servicios de dermatología del Hospital Universitario General Calixto García, la piel es un órgano defensor, y la primera barrera de protección que tiene el organismo humano contra las agresiones externas e internas.
Las personas blancas de ojos claros, son las más vulnerables a esos efectos: “no se puede pasar por alto que la piel tiene memoria, y por tanto, toda la exposición que generalmente se realiza desde la adolescencia, repercute en la edad adulta”.
Después de los cuarenta o cincuenta años de edad, aparecen afecciones como pecas y queratosis, que de continuar exponiéndose al sol, pudieran convertirse en cáncer de la piel del tipo melanoma, surgidos a partir de un lunar que cambia en sus características, se considera el más agresivo en la piel y de mayor mortalidad.
Es preferible, hasta en días nublados, usar ropa de algodón, camisas o blusas de mangas largas, además de gorras, sombreros, sombrillas, pamelas, espejuelos oscuros. Si es posible emplear protectores solares, aplicados 20 ó 30 minutos antes de la exposición al sol, y si la persona permanece más de una hora sin guarecerse, debe de renovarlo. En la playa se recomiendan las exposiciones antes de las 10 de la mañana y después de las tres o cuatro de la tarde. Los protectores solares deben ser hasta un máximo de 50 según la numeración que los distingue.
La especialista alerta a los jóvenes sobre lo dañino que resulta exponerse al sol largo tiempo sin tomar las medidas necesarias, así como valorar las autoagresiones a la piel como son los tatuajes, los piercing, la extensiones de cabello, las uñas postizas y las bioblastias.
(Redacción Digital Rebelde)