Al sur

Confesiones de una atleta santacruceña discapacitada

Confesiones de una atleta santacruceña discapacitadaLa risa caracteriza los 17 años de edad de Yusiliex Ávalo Hernández, atleta discapacitada de Santa Cruz del Sur. A través de esa expresión refleja su ansiedad por cumplir los planes futuros. “Mi mamá siempre me ha enseñado a poner por delante la fe, sembrar optimismo y tener elevada la autoestima”.

Presente en el diálogo está Deysi Hernández Amará, a quien la satisfacción por la buena crianza la hace expresar: “He sido la madre y el padre de mi hija. Nunca la he educado con lástima. Nacer con una discapacidad, como la de ella, no puede ser motivo para desfallecer. Otras personas tienen mayores limitaciones y enfrentan llenos de emotividad la vida. Siempre le ofreceré apoyo. Sí le he manifestado que nadie nace para semilla… no seré eterna, por eso quiero verla avanzar en los estudios y el deporte”.

Al transitar por el cuarto grado de la enseñanza primaria Yusiliex mostró interés por el taekwondo. Fue poco el tiempo dedicado al entrenamiento de esta disciplina. “Me di cuenta de algo: no era el deporte de mi preferencia”.

En la Educación Física ha continuado defendiendo su consigna personal: ¡Sí se puede!, “porque todo lo que hacen los demás compañeros de estudio lo puedo hacer yo en esa asignatura de carácter práctico, incluso las planchas. No soy ninguna inútil… Cuando el profesor evalúa los ejercicios no tiene por qué tener preferencias conmigo. Me mantengo a la par de los demás”.

A inicios de este año se le acercó Alfonso Tawile Muñoz, metodólogo municipal de atención a atletas discapacitados. “Al parecer le habían hablado de mis posibilidades físicas, las que yo misma desconocía. Me preguntó si sentía algún interés por la práctica del atletismo, sólo atine a decirle que sí, sin embargo tenía mis reservas, estaba llena de dudas, no sabía si esa respuesta afirmativa era la correcta. Tuve más seguridad cuando comencé el entrenamiento”.

Los adiestramientos físicos para fortalecer, sobre todo, inicialmente los miembros inferiores, los realiza en una de las áreas techadas del INDER (Instituto de Deportes, Educación Física y Recreación), donde se entrena kárate y fisiculturismo en distintos horarios. “Ha resultado dolorosa esta preparación pero no cabe dudas de que es muy necesaria. Si no se ejecuta un entrenamiento riguroso, cumpliendo las orientaciones del profesor, se pierde el tiempo. Llegar al alto rendimiento exige sacrificios”.

Había escaso adiestramiento cuando el propio Tawile le da la noticia. “Debía participar en la competencia provincial de Limitados Físicos Motores, en Camagüey. Muy tranquila le dije: yo voy. Esa experiencia no se podía dejar escapar”.

“Para la carrera de los 100 metros orientan colocarme en el carril tres. De inmediato me puse en la posición de arrancada. El despegue fue con tremendo impulso, como si hubiera competido allí desde antes”.

Casi a las puertas de la meta final, la atleta del municipio Sierra de Cubitas se metió por la senda “donde yo iba, imagínate… aunque fue por unos instantes, sí determinó. Ante esto pude reaccionar y salir del lado de ella. Alcanzo la meta en el primer escaño, no con la marca establecida. El cierre fue de 15 segundos y 10 centésimas. No puedo juzgarla mal, tal vez se turbó, y se fue del carril establecido”.

En los 200 metros “estaba decidida a dar el todo por el todo de igual manera”, comenta Yusiliex. “Nunca perdí de vista la curva, me afirmé bien para atravesarla como se debe… lo logré. Iba realmente despistonada, como decimos los cubanos, parecía que iba ser la primera en alcanzar la meta: una de mis contrincantes se fue a la delantera y quedé en el segundo lugar”.

Mucho le queda por hacer para fortalecerse en los entrenamientos, para ir otra vez con todas las de la ley al terreno. “También me afirmo cada día en mis estudios. Como futuro técnico medio en Contabilidad tengo el deber de ayudar al perfeccionamiento del Modelo Ecómico Cubano”.

“Le confieso algo más, aunque nací sin la mano izquierda, no tengo nada que reprocharle a la naturaleza, sería injusta: doy gracias por tener lo más preciado en el ser humano, la salud. Me sobrarán las fuerzas para en cada carrera buscar la conquista y sujetar, entre besos, la bandera de la estrella solitaria de todos los cubanos”.

En un evento inter escuelas celebrado recientemente en la localidad, la bisoña corredora puso otra vez sobre la pista el ímpetu de su edad, convencida, en cada salida, de dar lo mejor de sí… Va fraguando el vigor desde la propia lealtad al buen hacer. (Radio Santa Cruz)