Entregan premios del Concurso de Periodismo Primero de Mayo

El llanto escondido de Roxana, la sorpresa de Evelixe, la emoción de Abel, el agradecimiento infinito de Aroldo , los ojos rojos de Yahily Hernández, son motivos de la última foto que incorporó a su historia el Museo A la Batalla de Ideas, en Cárdenas, la segunda urbe en importancia de la occidental provincia de Matanzas.

El 13 de abril de 2012 reservó a los premiados del Concurso de Periodismo Primero de Mayo el privilegio de compartir la noche con los héroes de la Cuba de hoy, esos hombres que andan por ahí, sin más ruido que la incondicional entrega cotidiana.

¡Qué inteligente gesto el de ustedes!, me comentaron bajito Alina Mena y María de las Nieves Galá cuando el locutor anunció que el premio del villaclareño Abel Falcón lo entregaría Rafael Ramírez, el mejor vaquero de la unidad mayor productora de leche en el país.

Tampoco imaginó Evelixe Tamilé el beso del Héroe del Trabajo José Manuel Valle La Rosa, y entonces la joven de la Televisión Cubana con la voz entrecortada regaló un “Felicidades” al único operador de la Isla con 100 millones de arrobas de caña cortadas.

Cuando pensamos agotadas las sorpresas, Juan Miguel González premiaba la obra de Roxana Thompson Casamayor, la colega del Sistema Informativo de la Televisión Cubana, que 12 años atrás reflejó en sus crónicas la lucha por el regreso a la Patria de su hijo Elián González, y ahora ganaba el especial lauro de escribir bellamente sobre los Cinco Héroes antiterroristas cautivos en los Estados Unidos.

Ni otros vencedores en la vigésimo novena versión del prestigioso certamen como Caridad Carobello (Bohemia), Ariel González, Francisco R. Cañizares y Delvis Pérez (Corresponsalía de la Televisión de Encrucijada, Villa Clara) o Michel García (Radio Camoa, Mayabeque), nos sentimos cómodos convertidos en noticia, “porque la noticia son ellos”, bien lo dijo Aroldo García, corresponsal de Radio Rebelde en Holguín.

Todos los que estuvimos en el Museo A la Batalla de Ideas aplaudimos en silencio cuando vimos a Elián González entrar con su padre a la salita donde minutos antes unas imágenes nos recordaron aquel 28 de junio de 2000, una fecha que lo trajo a Cuba, a su casa de Cárdenas.

¡Qué bello está Elián!, casi a coro dijimos las periodistas y no fue el piropo al hombre, fue la frase que nos hizo exclamar ese jovencito que es hermano, hijo, sobrino de cualquier cubano o cubana que por siete meses lloró su ausencia. “Estudio Ingeniería Industrial…”, respondió a la curiosidad de los que nos tomamos fotos con él, que fuimos todos.

En la ceremonia, Isdalis Rodríguez Rodríguez, secretaria de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) en Matanzas, recibió especial reconocimiento por las iniciativas de una sede de tradicional participación en un certamen que el año próximo llegará a sus tres décadas de creado.

(Tomado de Trabajadores)