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Cuito Cuanavale, Girón angolano

Cuito Cuanavale, Girón angolanoRememorar hoy los hechos de la batalla de Cuito Cuanavale es, en gran medida, rendir homenaje a quienes se batieron frente a frente contra las hordas sudafricanas que perseguían perpetuar el apartheid en la tierra del prócer angolano Agostino Neto.

Aquel 23 de marzo de 1988, en enfrentamiento entre el ejército sudafricano y las Fuerzas Armadas Populares de Liberación de Angola (FAPLA), con la ayuda de los combatientes cubanos internacionalistas, devino una gran victoria que marcó un viraje en la situación militar y política que hasta ese momento situaba al régimen de Sudáfrica como hegemónico y brazo gestor del racismo en el cono sur africano.

Cuito Cuanavale es una ciudad meridional en la República Popular de Angola, situada en una zona apartada, de grandes bosques y el río que le da nombre a la población. Por la distancia de la capital, y de otras poblaciones de importancia, fue escogida para la gran escalada militar que pretendía desarrollar el ejército sudafricano.

Pero la historia fue diferente. Allí la valentía y el coraje de una pequeña agrupación angolano-cubana, hizo frente a poderosas unidades artilladas mecanizadas y aun con la preparación artillera y el apoyo de la infantería, no pudieron doblegar a los patriotas angolanos ni a los internacionalistas cubanos en los grandes combates del 13 de febrero y el 23 de marzo que constituyeron el colofón de la derrota imperialista sudafricana.

Cuando en cada año hace referencia de la victoria del pueblo angolano frente al régimen del apartheid, no se puede dejar de mencionar a Cuito Cuanavale, acción que obligo al gobierno de Sudáfrica a ir a la mesa de conversaciones para lograr la paz.

En Cuito Cuanavale se rompieron los dientes los segregacionistas sudafricanos y se quebró el régimen de ese país austral, que devino en la formación de un movimiento por los derechos democráticos, hasta derrocar el gobierno de Pretoria.

Cuito Cuanavale ha sido el Girón africano, porque a partir de aquella imperecedera victoria, los pueblos de África fueron más libres, el mundo logró un viraje radical en el pensamiento sobre el derecho de los hombres a defender su libertad, sin importar raza, o color de la piel.

No solo Angola logró un paso agigantado para lograr la total independencia, extirpando los apéndices armados de la contrarrevolución, que golpearon y socavaron el equilibrio y la paz de la nación; sino que también esa victoria contribuyó a la soberanía del pueblo de Namibia, sometido y masacrado por decenas de años de coloniaje.

Han pasado 24 años de aquella histórica batalla, donde la sangre angolana se fundió con la cubana, dejando un lazo de hermandad y entrega solidaria, perpetuada como holocausto al derecho del hombre de disfrutar de la paz y la libertad plenas, que hoy tienen el pueblo angolano, ganadas con el valor y la sangre derramada en páginas gloriosas como la escrita en Cuito Cuanavale.

(Hugo Betancourt Mayoral/ Radio Santa Cruz)