Voces entonadas cantaron enérgicas el Himno Nacional a auténticos violadores de los Derechos Humanos
Las voces de la representación diplomática de la Cuba sólo de los cubanos, se alzaron a la altura de las palmas reales de la manigua redentora para destruir la difamación que sobre la Isla hiciera esta vez los Estados Unidos de Norteamérica, en cuanto a supuestas violaciones de los derechos humanos.
El himno de combate escrito por Perucho Figueredo cumplirá el próximo 20 de octubre 150 años de creado, pero su vigencia continúa latiendo en los corazones de este pueblo, porque morir por la patria es vivir.
Esta Isla le volvió a desmontar el putrefacto show en la Organización de las Naciones Unidas (ONU), a los servidores del imperio. A Luís Almagro, el cabecilla de la Organización de Estados Americanos (OEA) y a sus compinches no le quedó más remedio que hacer mutis, poner la cara agria sin dejarse de morder la lengua.
Inventa e inventa estupideces la pandilla de facinerosos de la mafia estadounidense, sin mirar la historia de barbaridades que arrastra.
El Gobierno de Trump volvió a quedar desmoralizado. A sus antecesores tampoco las falsedades les sirvieron de nada. Antes de hablar del archipiélago de José Martí y Fidel Castro deben primero lavarse los dientes. Aunque ni así eliminarán la pestilencia bucal a causa de tantas muertes y reiteradas violaciones de los derechos humanos.
Cuba es Cuba, invencible, prestigiosa, solidaria, independiente, soberana, socialista. Nunca esta tierra indómita volverá a ser neocolonia del norte revuelto y brutal, quien lo intente recogerá su suelo anegado sino perece en la contienda.