[:es]Valentía internacionalista honra a combatiente santacruceño[:]

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Eberto Pascual había sobrepasado los 20 años. El joven que conocía la riqueza de la tierra sembrada se distinguía entre los abnegados obreros agrícolas de la otrora Cooperativa de Producción Agropecuaria (CPA) Pedro Ortíz Cabrera constituida en áreas de la comunidad de Pino, perteneciente al poblado Cándido González Morales, actual Consejo Popular de igual nombre.

Su actitud revolucionaria en cualquier tarea era reconocida entre sus compañeros de faena. “Y sigo siendo así todavía a los 65 años. Mi forma de pensar tiene la semilla de Fidel y Raúl”, dijo apasionado.

El delgado muchacho a principios de la década de los 80, reafirmó el pensamiento del Generalísimo Máximo Gómez y el Comandante Ernesto Guevara de la Serna,  uniéndose al deber internacionalista.

“Parto hacia la República Popular de Angola (RPA) en 1981. En Lubango, provincia de Huila soy ubicado en el tercer pelotón de la segunda Compañía de Infantería del segundo Batallón que radicaba en Matala”, comentó el tenedor de los apellidos Oliva Corrida.

En agosto de ese propio calendario los sudafricanos invaden la zona de Chibemba. “La Compañía nuestra ocupó el segundo escalón en la línea de combate. Delante se encontraban los valientes camaradas angolanos”, manifestó el entrevistado.

La aviación de los usurpadores hizo cuatro bombardeos. “Lanzaron bombas de 500 y mil libras. Nos destruyeron el camión donde se encontraba el armamento, la pipa de combustible”, detalló. Seguidamente agregó: “Dos compañeros perdieron la vida y seis resultaron heridos”.

El comunicado enviado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz los estimuló a todos. A las fuerzas sudafricanas no se les permitiría avanzar. “Fidel, recordó Eberto, nos pidió que resistiéramos pues muy pronto la aviación cubana entraría en esa área. Logramos derrotar a los 30 mil mercenarios a quienes sólo los separaba de Chibemba 60 kilómetros”.

A sus dos hijos y una nieta, este santacruceño, jubilado del sector pecuario les ha narrado esta etapa de su vida concluida en 1983, glorificada por la sencillez y el digno cumplimiento de la misión internacionalista en la RPA.

El digno historial lo mantiene contenido en las medallas de combatiente de Primera Clase, Victoria Cuba-Angola y la 50 Aniversario de las Fuerzas Armadas Revolucionarias.[:]