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Trump contra Cuba, nuevas medidas mientras corteja a Florida

La Habana. 24 sep.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, apeló nuevamente al guion de una política contra Cuba considerada mayoritariamente fallida, al anunciar nuevas medidas destinadas a recrudecer el bloqueo contra la isla.

 

Políticos, hombres de negocios, miembros de organizaciones de diversas áreas, líderes de la comunidad religiosa, intelectuales, artistas y muchos otros estadounidenses se oponen reiteradamente al cerco de casi 60 años, pero, a pesar de eso, la apuesta de Trump durante todo su gobierno ha sido ampliar y profundizar las sanciones unilaterales.

De ese modo, no fue de extrañar que el 23 de septiembre, a solo seis semanas de los comicios del 3 de noviembre, en los cuales buscará la reelección, el gobernante republicano diera a conocer nuevas medidas que revierten todavía más el acercamiento bilateral iniciado durante la administración de Barack Obama (2009-2017).

En un evento celebrado en la Casa Blanca con directivos de los restos de la brigada mercenaria 2506, que sufrió una aplastante derrota en Cuba durante la fallida invasión a Playa Girón (Bahía de Cochinos) en abril de 1961, Trump dio a conocer que su ejecutivo impedirá a los viajeros estadounidenses alojarse en propiedades del gobierno cubano.

Según precisó el Departamento del Tesoro en un comunicado, eso significa que su Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) prohibirá a cualquier persona sujeta a la jurisdicción estadounidense hospedarse, pagar el alojamiento o hacer reservas en una propiedad identificada como del gobierno de la isla.

Tal medida abarcará, además, a propiedades que pertenezcan a personas calificadas de ‘prohibidas’ por el Departamento de Estado, entre ellas funcionarios del ejecutivo del país caribeño, miembros del Partido Comunista de Cuba, o familiares cercanos a estos.

‘Simultáneamente con este cambio, el Departamento de Estado está creando una nueva lista, la Lista de Alojamientos Prohibidos en Cuba, para identificar los nombres, direcciones u otros detalles de identificación, según corresponda, de las propiedades sujetas a esta prohibición’, añadió el documento sobre el tema.

Las nuevas sanciones contra la mayor de las Antillas también impedirán la importación en Estados Unidos de alcohol (ron) y productos de tabaco de origen cubano.

Asimismo, la OFAC eliminará las autorizaciones generales de viajes relacionadas con la asistencia u organización de reuniones o conferencias profesionales, presentaciones públicas, clínicas, talleres, y otras competencias atléticas o no atléticas en la isla.

Como resultado de esta enmienda, la única licencia general restante para la participación y organización de competencias deportivas en Cuba será la que abarca a atletas o equipos amateurs o semiprofesionales, precisó el Departamento del Tesoro.

Estas disposiciones, como tantas otras anunciadas por Trump desde que en junio de 2017 decidió revertir la política de Obama hacia Cuba, ignoran los llamados de numerosas voces que condenan el bloqueo dentro y fuera de Estados Unidos, incluida la inmensa mayoría de la comunidad internacional. Con ellas, una vez más, el jefe de la Casa Blanca busca cortejar a una parte del exilio cubanoamericano en Florida, un estado considerado clave para sus aspiraciones de mantenerse en el cargo, en momentos en los que necesita de un gran respaldo latino para imponerse en los comicios.

‘Las acciones se producen en el contexto de las elecciones presidenciales, donde Trump está cortejando fuertemente a los votantes hispanos -en particular a los que tienen vínculos con Cuba, Nicaragua y Venezuela- con un estridente mensaje antisocialista’, señaló al respecto la publicación Politico.

En declaraciones a Prensa Latina, Cheryl LaBash, copresidenta de la Red Nacional de Solidaridad con Cuba en Estados Unidos, remarcó que estos castigos tienen el fin de perjudicar al pueblo cubano, un objetivo que se expresó explícitamente desde el inicio de la guerra económica contra la isla hace seis décadas.

Pero también restringen aún más a las personas en Estados Unidos que desean visitar Cuba libremente y con respeto, añadió la activista.

LaBash consideró que las medidas relacionadas con los hoteles, el tabaco y el ron son una farsa en medio de una pandemia durante la cual no hay viajes al país caribeño, y cuando el más cercano posiblemente solo tenga lugar después de las elecciones.

Agregó que en medio de la actual crisis de salud, la cual dejó 13 mil 600 muertes en Florida, Trump prefiere apelar solo a un puñado de ricos en el territorio sureño, y no a grupos como los boricuas que se mudaron a ese estado después de que el huracán María devastó Puerto Rico.

Por su parte, la cubanoamericana Elena Freyre, presidenta de la Fundación por la Normalización de las Relaciones Estados Unidos-Cuba, calificó de crueles las nuevas medidas.

Desde su punto de vista, estas acciones están basadas en el afán de la administración del republicano por aferrarse al poder de cara a los venideros comicios, y en el interés del ‘cada vez más pequeño sector de aquellos que no merecen llamarse cubanos’.

‘Se equivocan una vez más. Jamás vencerán al pueblo cubano. Viajaremos aunque nos obliguen a dormir en un parque’, manifestó Freyre a este medio.

Asimismo, el embajador de Cuba en Estados Unidos, José Ramón Cabañas, compartió en su cuenta de Twitter un trabajo publicado en mayo último por la revista The Brown Political Review, el cual señaló que las sanciones contra la nación antillana perjudican tanto a cubanos como a estadounidenses, y no sirven a ninguno de los fines políticos pretendidos en Estados Unidos.

Ya es hora de que Estados Unidos se una al resto del mundo para establecer el libre comercio con Cuba y poner fin a las sanciones ineficaces que han costado vidas y crecimiento económico a ambas naciones, expresó ese texto, titulado ‘Daño e ineficacia: las sanciones de Estados Unidos a Cuba’.

Tal criterio sobre lo fallido de los castigos está muy extendido entre analistas dedicados al estudio de los vínculos entre los dos países, pero en su intento de conseguir otros cuatro años en la Casa Blanca, Trump repite viejas y criticadas fórmulas en busca de ganancias en los comicios.

La meta del mandatario es clara: conquistar los 29 votos electorales de Florida, un territorio donde se impuso hace cuatro años y donde la pelea entre él y el candidato presidencial demócrata, Joe Biden, se encuentra muy cerrada, cuando este último aparece allí con una ventaja de 1,5 puntos porcentuales en el promedio de encuestas del portal digital RealClearPolitics.

En medio de esa contienda, la estrategia de Trump es tildar a su contendiente de socialista –aun cuando Biden es un demócrata moderado- y presentarse a sí mismo como la figura que no permitirá que ‘Estados Unidos sea un país comunista’, según reafirmó al anunciar las últimas restricciones.

Las medidas contra Cuba, entonces, son parte de la puesta en escena de un gobernante que hasta hace pocos años miraba a la isla con interés económico, pues, según difundió recientemente el diario Miami Herald, en 2008 solicitó registrar su marca comercial Trump en la nación caribeña para una variedad de actividades, incluida la inversión en bienes raíces y hoteles. (Prensa Latina)