Miden por primera vez frecuencia cardiaca de una ballena azul
Los investigadores colocaron cerca de la aleta izquierda de la ballena una colección de sensores electrónicos dentro de una carcasa de plástico, desde donde se registró la frecuencia cardíaca.
Según explicaron, esta disminuyó cuando el ejemplar se zambulló en el agua y alcanzó un promedio de aproximadamente cuatro a ocho latidos por minuto, con un mínimo de dos latidos en ese mismo tiempo.
Mientras la ballena consumía alimentos en el fondo del mar y luego cuando comenzó a emerger, la frecuencia cardíaca aumentó. Luego, en la superficie se registró un promedio de 25 a 37 latidos por minuto.
‘Estos estudios pueden tener implicaciones importantes para la conservación y el manejo de especies en peligro de extinción como las ballenas azules’, aseguró Jeremy Goldbogen, profesor de biología en la Facultad de Ciencias Humanas de Stanford y autor principal del artículo.
En la actualidad, los investigadores agregan más capacidades al dispositivo para comprender mejor cómo las diferentes actividades afectan la frecuencia cardíaca.
Asimismo, planean realizar estos estudios en otras ballenas como las de aleta o las jorobadas.