María Isabel Castillo, 22 años dedicados al cultivo del camarón

Santa Cruz del Sur, 13 dic.- Diciembre es un mes que anhelan muchos y otros no desean, porque representa el final de un año y el principio de una nueva etapa de trabajo, retos y metas por cumplir.

 

Para María Isabel Castillo Izquierdo el último mes de este 2021 trae a su memoria recuerdos inolvidables de sus inicios en la Camaronicultura en Santa Cruz del Sur, hace ya casi 22 años, cuando el amor y el trabajo la unieron por siempre a esta región austral.

 

“Llegué a este municipio en 1999 por un proyecto que se llamaba “Voluntad” del Centro Nacional para la Producción de Animales de Laboratorio (Cenpalab) de La Habana, éramos muy jóvenes y vinimos a través de un convenio para la instalación del cultivo intensivo, que en aquella época no fructificó”.

 

Desde aquel entonces, esta muchacha, gracias a una fuerza poderosa llamada amor, comenzó su desempeño profesional en este territorio, laborando en las actividades técnicas como el fitoplancton y la cría de larvas en el Centro de Desove y al poco tiempo pasó para el área de preparación y después al engorde del crustáceo en los estanques, donde se ha mantenido hasta la actualidad, que labora de especialista en la granja número 7.

 

Desde el año 2019 esta fémina forma parte aquí de la implementación del cultivo intensivo, con lo cual se aspira a duplicar la producción, gracias a un proceso inversionista que continúa y donde se explotan actualmente más de 15 estanques.

 

En esta área de la Unidad Empresarial de Base para el cultivo del Camarón (CULTISUR), de este municipio camagüeyano, María Isabel tiene la responsabilidad de fiscalizar el trabajo, partiendo del cálculo del alimento que se le proporciona a los mariscos, el nivel de agua en los estanques, el cumplimiento de los parámetros físico-químicos y la toma de decisiones.

 

“Para mí es un reto, ya que llegué hace 22 años a este mismo sistema que no cumplió las expectativas y ahora estamos de nuevo en èl, con mejor futuro porque se gana en conocimientos, pero lo otro es que hay muchas ganas de trabajar, contamos con camaronicultores de vasta experiencia y directivos que quieren que funcione y se haga realidad el sueño”.

 

En tiempos tan complejos y llenos de limitaciones, esta mujer de ciencia e innovación apuesta por este cultivo que tiene en ella una fiel exponente para lograr su eficiencia en menos hectáreas, incrementar los niveles productivos y aportar mayores ingresos al país por concepto de la exportación de la especie.

 

En su carrera ha sido imprescindible la autopreparación, lo cual le permite perfeccionar su trabajo y enseñar a las nuevas generaciones que incursionan en este sector desde la Veterinaria como ella, o la Biología Marina, para adentrarse en un mundo bonito, pero que entraña mucha dedicación.

 

A la pregunta de qué le ha aportado su labor, respondió: “He hecho mi familia en la Camaronicultura, porque llegué, me enamoré y me casé, ya tengo una niña y además las personas más allegadas aquí son de mi trabajo también y desde el ámbito profesional me lo ha enseñado todo, hoy me siento parte de CULTISUR”.

 

Con voz certera y empoderada, María Isabel comenta sobre los esfuerzos que entraña esta responsabilidad en su condición de mujer y madre, aunque es una amante de su trabajo, “esta profesión económicamente te lo permite todo porque es muy bonito que lo que logres en la vida sea gracias a tu desempeño, es de mucho sacrificio pero da placer”.

 

CULTISUR es una de las principales camaroneras de la Isla, la cual tiene ante sí importantes retos este 2021 para acercarse al cumplimiento del plan general de capturas y comenzar un 2022 con nuevos bríos y metas, donde el protagonismo de sus hombres y mujeres, como María Isabel, es fundamental en una esfera clave para el país.

 

A pesar de la exposición a largas horas bajo el sol, la lluvia o luchar contra el fango y los mosquitos en las noches, desde los estanques de la UEB CULTISUR el trabajo no cesa para la habanera devenida en santacruceña, María Isabel Castillo Izquierdo, quien tiene en este sector una de sus mayores pasiones: “La Camaronicultura es de amor, hay que sentir por lo que hacemos y a mí me encanta lo que hago”.