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Las esponjas: entre la antigüedad y la rareza

La esponja, ese peculiar animal acuático que llegó al planeta hace 600 millones de años, incluso antes de los dinosaurios, es raro en realidad, al punto de inicialmente ser considerado una planta, hasta que en 1765 se descubrió su peculiaridad de poseer una digestión intracelular debido a las corrientes de agua que la atravesaban.

Ellas constituyen toda una revelación para los científicos, quienes investigan el origen y la evolución de la vida animal, y de acuerdo con textos virtuales, ese invertebrado de apariencia apacible, resulta un original organismo, al poder vivir en aguas muy profundas, de hasta 10 mil metros de profundidad.

Llamadas también poríferos, en el orbe existen más de ocho mil especies, pero sólo 150 habitan en agua dulce, en tanto es llamativa su longevidad, y especialmente en el caso de la especie esponja blanca, cuyo ciclo vital puede extenderse hasta a 10 mil años, lo cual la convierte en el ser vivo más viejo del mundo.

Una de sus mayores curiosidades es que carecen de músculos, huesos, cerebro, flujo sanguíneo y ni siquiera tienen un sistema digestivo elemental, toda vez que únicamente disponen de unos flagelos pequeños que absorben los nutrientes del agua, con el menor gasto de energía posible.

Permanecen quietas, inmóviles en absolutamente todos los mares del mundo y han sobrevivido a cada extinción masiva de la historia del planeta, según constatan sitios digitales.

Estudios evolutivos indican que todos los animales descienden de una criatura primordial, la cual podría haber habitado los mares hace más de 650 millones de años y se cree que se trate de una esponja o una variante muy cercana a ella, añaden las fuentes virtuales.

A pesar de ser un animal simple, posee 18 mil genes, cifra muy próxima a los 20 mil 500 de las personas, por lo cual expertos lo consideran muy sofisticado.

Asombroso también resulta que las esponjas comparten genes con el ser humano, pues son muy similares a los que en los individuos operan en los músculos y en las sinapsis cerebrales; sin embargo, no cumplen la misma función y se desconoce para qué les sirven.

Páginas digitales coinciden en que, ya desde la antigüedad el hombre las utilizaba, y su empleo fue descubierto probablemente por los egipcios, pero en los últimos tiempos científicos investigan sus bondades terapéuticas, sobre todo para el tratamiento del cáncer.

Pero sí es probada su utilidad en el ámbito doméstico, al ser insustituible en la limpieza de vajillas, superficies y hasta en la jardinería, y una de sus ventajas resulta su durabilidad, pues se friega, y nada de desecharla, queda como nueva, para bien del medio ambiente.

(Tomado de Adelante digital)