Elián González: “Los jóvenes no son el futuro, son el presente”

El avión que nos trajo de vuelta a Elián González a la Patria tocó tierra un 28 de junio hace 15 años. Y desde ese entonces el pequeño —convertido hoy en un joven universitario— no pudo seguir de largo entre la gente de Cuba, porque para ellos, para nosotros, es el hijo por el que agitamos las banderas y el corazón; por el que lloramos esa soledad en medio del mar donde vio desaparecer a su madre, por quien sentimos ese resquebrajamiento cuando alzó los brazos y pidió regresar a la Patria, donde su padre y su familia sufrían los entuertos de un proceso que mantenía al pequeño alejado de ellos. Elián se convirtió en una parte imprescindible del cálido hogar cubano, y él lo sabe.

A 15 años de que descendiera de las escalerillas del avión, de que aquella mirada tierna lograra neutralizar el dolor y transmutarlo en alegría constante, Elián se ha convertido en miembro del Destacamento Aniversario 55 de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) de Matanzas, y como invitado al abanderamiento del destacamento de la capital, accedió a responder unas preguntas, revelándosenos un joven sencillo y humilde, profundo y maduro.
—¿Qué es lo que más disfruta hacer el joven Elián, en qué emplea su tiempo libre?

—No hago nada diferente a lo que hacen todos los jóvenes. Simplemente, hay que ser un joven de estos tiempos, saber divertirse, compartir, practicar deportes, pero también estar vinculado a las tareas de la Revolución, no perder la esencia de lo importantes que son los jóvenes para llevar a cabo el desa­rrollo del país.

“En mi caso me gusta estudiar, y cuando tengo tiempo libre salgo con mis hermanos, mis amigos. Me gusta mucho la natación, me gusta el béisbol, ¿a qué joven cubano no le gusta el béisbol?”.

—¿El fútbol?

—No soy un fanático, pero también lo veo, me divierto con él. También como cualquier otro joven veo series, películas. Es cierto que muchos de sus contenidos enaltecen los valores de consumo de una sociedad capitalista, pero lo importante es poder verlos con conciencia crítica, no “dormirse” con ellos. Tal vez en nuestros medios no tengamos los mejores productos, con la mejor realización, pero a nuestros noticieros, en su esencia, en su contenido, sabemos que es adónde tenemos que recurrir para saber lo que está pasando en el mundo.

“Me gusta también escuchar música. Y aunque escucho de todo un poco, me gusta resaltar un género que no es muy difundido entre los jóvenes, pero puedo apreciar que cuando lo escuchan, lo disfrutan, y es el repentismo. En estos recorridos que he realizado como parte de los abanderamientos de destacamentos juveniles Aniversario 55 de los CDR, he estado todo el tiempo al lado de los repentistas, y llena de alegría ver cómo la juventud aplaude esas décimas espontáneamente, las ovacionan. Un género que es tan cubano, propio de nuestra cultura y tradiciones, lo tenemos que rescatar. Es increíble ver cómo puede ser capaz de conmover a tantas personas.

“Y leo a Fidel, me gusta mucho leer a Fidel. A él le gusta regalarme libros, cada vez que puede me envía uno, y para mí eso es como una tarea y hay que leérselo. También disfruto mucho leyendo los libros de nuestros exagentes, porque eso forma parte también de nuestra historia”.

—Estás invitado a participar en el X Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas a celebrarse los días 18 y 19 de julio próximo. ¿Cuál es el desafío más grande que enfrentan los jóvenes cubanos hoy?

—Fortalecerse. Decir que la juventud está perdida es un error. Los jóvenes no son el futuro, son el presente. A veces se dice que la juventud no ha hecho nada por la Revolución. Pero los jóvenes cubanos de hoy son los mismos que hace 15 años, cuando eran pioneros, se paraban en una tribuna y espontáneamente acusaban y reclamaban al imperio por el regreso de un niño cubano que ellos no conocían. Entonces, no podemos seguir diciendo que la juventud no ha tomado sus tareas, sí lo ha hecho. Son jóvenes los que fueron a combatir el Ébola en África occidental, dando muestras de la grandeza del cubano.

“El Congreso de la Juventud llega en un momento difícil, de replantearse las estrategias, porque Obama ha dicho bien claro que fracasaron con la suya, pero las intenciones van a seguir siendo las mismas. Por tanto nosotros, con nuestros mismos ideales y propósitos, también tenemos que cambiar las nuestras.

“Este es el espacio ideal para que se replantee esa estrategia y fortalecer a la organización, para que los jóvenes den sus criterios, sobre cómo crecerse ante las adversidades, y cómo ir dando paso a la sucesión de la generación histórica de la Revolución. Jóvenes de calidad tenemos, no solo los que van al Congreso, sino los que se han abanderado en estos días en los destacamentos Aniversario 55 de los CDR. En cada uno de los CDR se seleccionó a uno y después en cada una de las zonas y municipios de Cuba.

“Yo asistiré a esta cita, y será un orgullo compartir de cerca con cada uno de los delegados”.

—¿Cómo te gustaría ver el futuro de Cuba en algunos años?

—Si Cuba pierde su esencia, pierde todo lo que ha logrado con la Revolución, con Fidel y Raúl al frente, yo estaría muy decepcionado. Sería negar todos los avances, todo lo que se ha hecho, por ejemplo, por que la mujer ocupe los lugares que ocupa hoy. Aspiro a que Cuba se desarrolle, y creo que vamos por buen camino. Creo que es importante seguir aportando más al desarrollo económico del país.

“A veces los jóvenes creemos que si dejamos de ser un país socialista, y damos paso al capitalismo, seremos un país desarrollado como los Estados Unidos, Francia, Italia… Pero hay que tener claro que si Cuba dejase de ser socialista, no sería como Estados Unidos, sería una colonia, sería Haití, un país pobre, mucho más pobre de lo que es, y perdería todo lo que ha logrado. Es cierto que podríamos haber logrado mucho más, pero no podemos olvidar nunca las cuestiones de índole histórica: hemos sido un país asediado por el bloqueo”.

—¿Proyectos futuros?

—Ahora estudio en la Universidad de Matanzas Camilo Cien­fuegos, curso el cuarto año de la carrera de Ingeniería Industrial, lo hago como cadete insertado, con el fin de servir a las Fuerzas Armadas Revolucionarias cuando termine mis estudios.

“Yo tengo mucho que agradecer al mundo entero, a mi papá y al Comandante, a mi familia, y cuando digo mi familia, me refiero al pueblo cubano en general. Vivir en Cuba se lo debo a este pueblo, y es por quien siempre voy a trabajar, por quien siempre voy a luchar, a quien le debo todo mi respeto. Quince años después de aquel suceso, me puedo dar cuenta de que el pueblo cubano me tiene todavía como parte de su familia, y a eso me debo, para poder retribuir ese amor”.